Cada
día, el mercado de consumo se renueva con seductoras ofertas, cada vez son más
y variados los servicios y bienes que hay a disposición, especialmente aquellos
que se traducen en conseguir un mejor estilo de vida como viajes e inmuebles,
entre otros. El aumento de estas ofertas puede convertirse en un problema
cuando se entra en un círculo vicioso de sobre endeudamiento para satisfacer
deseos de manera impulsiva.
Existe una tendencia creciente hacia el consumo de bienes y servicios
relacionados especialmente al disfrute de experiencias y estilos de vida más
relajados y saludables, a las cuales el mercado responde ofreciendo productos
cada vez más innovadores.
¿Por qué o cuándo buscar un mejor estilo de vida podría
convertirse en un problema? En realidad, todo esto es sumamente interesante y
positivo; sin embargo, si el consumidor no es selectivo y consciente de sus
decisiones, podría dejar dejarse llevar por la abundancia de opciones y
terminar derrochando su dinero.
En ese sentido, Adriana Bock, directora de
Superarte, organización experta en Educación Financiera Integral,
explicó que cuando una persona gasta más de lo que ingresa, es decir, genera un
faltante o déficit, se endeuda para cubrir lo que ya no puede con sus ingresos.
“El problema es que si la persona no reduce sus gastos, esos que
anteriormente ya no podía cubrir, tampoco podrá cubrir los pagos de las deudas,
lo cual hará crecer su déficit y por lo tanto deberá contraer más y más deudas
que con el tiempo ya no podrá cubrir, llegando a un sobre endeudamiento severo
del cual es muy difícil salir (aunque no imposible)” subrayó.
Agregó, además, que el consumo en sí es necesario para el bienestar
cuando se trata de satisfacer necesidades reales y de darse gustos dentro de
las posibilidades, es decir, un consumo sostenible. “El problema surge cuando
se cae en el consumismo, es decir, en un consumo inconsciente, meramente
impulsivo.
Esto más temprano que tarde lleva al agotamiento de los ingresos
disponibles y ‘obliga’ a la persona a endeudarse para seguir consumiendo.
El riesgo consiste en que esto rápidamente puede convertirse en un
hábito pernicioso para la salud financiera”, aseveró.
Sin embargo; según añadió, este tipo de problema es bastante frecuente y
siempre revela la existencia de una realidad compleja en la que se mezclan la
falta de conocimiento, la falta de metas claras y la falta de equilibrio
emocional. Por ello es importante conocer con certeza el ingreso disponible y
la capacidad de pago existente luego de haber cubierto los costos de vida
(necesidades y obligaciones) y por lo menos un mínimo de ahorro.
“Todo esto debe proyectarse con base en metas, de manera que las
decisiones sean coherentes con las posibilidades y no interfieran con la
calidad de vida presente y futura”, señaló.
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