jueves, 13 de agosto de 2020

La Conciencia


Aquello que llamamos Conciencia ordinaria de vigilia duerme profundamente. La Conciencia ordinaria de Vigilia se relaciona con los cinco sentidos y el cerebro. La gente cree que sí tiene Conciencia despierta y eso es falso, la gente vive en el sueño más profundo. Por lo tanto, Conciencia es Sabiduría, fundamento de lo que en verdad es.

La Conciencia, mientras esté embotellada por el Ego, no puede despertar. Así que nos podemos atrever a decir, sin temor a equivocarnos que la humanidad actual tiene la Conciencia dormida.

Una persona puede llegar a ser muy intelectual pero esto no lo garantiza que su Conciencia esté despierta. Se sabe relacionar muy bien con el mundo en que anda, pero está muy mal relacionada con el mundo en que vive, o sea su cuerpo físico, su mente, su psiquis.

Es necesario saber que la humanidad vive con la Conciencia dormida. La gente trabaja soñando. La gente anda por la calle soñando. La gente vive y muere soñando.

Cuando hemos llegado a la conclusión de que todo el mundo vive dormido, comprendemos la necesidad de "despertar". Necesitamos el despertar de la Conciencia. Queremos el despertar de la Conciencia. El protagonista de esta terrible realidad es el obstinado Ego. El humano con respecto a su estado interior es una multiplicidad psicológica, una suma de yoes. Los ilustrados (ignorantes) de esta época tenebrosa, le rinden culto al "Yo" (el cual tiene embotellada nuestra Conciencia).

La causa del sueño profundo en que vive la humanidad es la fascinación. La gente está fascinada por todas las cosas de la vida. La gente se olvida de sí mismo porque está fascinada. El borracho en la cantina está fascinado por el alcohol, el local, el placer, los amigos y las mujeres. La mujer vanidosa está fascinada ante el espejo por el encanto de sí misma. El rico avaro está fascinado por el dinero y las propiedades. El obrero honrado está fascinado en la fábrica por el duro trabajo. El padre de familia está fascinado por sus hijos.

La gente sueña en todo aquello que la fascina.
Todos los seres humanos están fascinados y sueñan profundamente.

Si uno no cometiera el error de identificarse tanto consigo mismo, la autoconsideración interior sería más que imposible. Cuando uno se identifica consigo mismo , se quiere demasiado, siente piedad por sí mismo, se autoconsidera, piensa que siempre se ha portado muy bien con fulano, con sultano, con la mujer, con los hijos, etc., y que nadie lo ha sabido apreciar, etc.

Debemos no identificarnos jamás con las cosas porque así es como cae uno en la fascinación y en el sueño de la Conciencia.

La observación de las cosas sin identificación nos permitirá conocer los procesos de la codicia, del apego, la ambición, etc.


La observación sobre los lugares nos permitirá conocer hasta dónde llegan nuestros apegos y fascinaciones en relación con los lugares diversos.



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