“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la
recuerda para contarla”: Gabriel García Márquez.
La Universidad Icesi llevó a cabo la segunda versión del
Brain Festival que se encuentra enmarcada dentro del Brain Awareness Week,
auspiciado por la Fundación DANA y que se celebra en diferentes lugares del
mundo desde 1996. Este año se dedicó toda una semana a aumentar el nivel de
conciencia que se tiene sobre el funcionamiento de la memoria y a desentrañar
algunos mitos y realidades sobre ella.
No se nace o se tiene buena memoria, las grandes memorias se
educan. Esa es una de las primeras premisas abordadas. El proceso de recordar
consta de tres etapas: prestar atención, concentrarse profundamente y ser capaz
de identificar por qué algo es importante para nosotros.
Algunos neurólogos y psiquiatras han acuñado la siguiente
frase: “Si queremos vivir una vida memorable, debes ser el tipo de persona que
recuerda recordar”.
La neuropsicóloga Beatriz Ospina afirma que la evolución del
cerebro ha sido un proceso de más de 14 millones de años en los que este órgano
se plegó y desarrolló zonas especializadas capaces de subordinar procesos,
donde existe un procesamiento inconsciente automático y un procesamiento
simultáneo de información. “Lo que se ejecuta en el plano inconsciente es lo
más importante”, aseguró.
Quizás hay una pregunta que la mayoría de personas se hace
durante sus procesos de aprendizaje, ¿cómo hacer para tener buena memoria y
recordar fácilmente lo que se aprende?
En palabras de Ospina, “generarse preguntas es una buena
forma de llegar al núcleo de lo que se quiere y de recordar con mayor facilidad”.
Expertos en el tema de la memoria y el funcionamiento del cerebro manifestaron
que entre las consultas más frecuentes no sólo está cómo recordar sino cómo
hacer para no olvidar.
Por lo general las personas piensan que olvidar es un
problema y cuando se habla de sucesos relevantes o información importante para
el desarrollo de la vida sí es una dificultad, pero en muchas ocasiones
“olvidar es un privilegio intelectual”. “A los neurólogos nos buscan
frecuentemente para prevenir o tratar los olvidos, pero quisiéramos ofrecerle
tanto al individuo como a la sociedad estrategias terapéuticas de olvido para
esas situaciones donde tal vez tanta memoria sea una trampa innecesaria y un
obstáculo para la conciliación y el perdón”, reflexiona Jorge Luis Orozco, jefe
de Neurociencias de la Fundación Valle del Lili.
“Todas nuestras conductas o procesos usan diferentes formas
de memoria, desde aquella necesaria para la supervivencia de la especie hasta
las formas frágiles de memoria reciente que usa el ser humano para resolver la
vida cotidiana”, agrega Orozco.
Para el especialista, cuando se habla de memoria “se habla de
estrategias que permiten anticipar y generar procesos más eficaces con un alto
rendimiento de los sistemas cerebrales representados por circuitos y áreas
funcionales de alta demanda evolutiva”.
Precisamente esa ventaja evolutiva hizo a la especie humana
dominante y superior a las demás, ya que las estrategias de memoria de las
otras especies nunca tuvieron como objetivo sobrepasar los límites necesarios y
suficientes para la supervivencia.
Desde el psicoanálisis la pregunta freudiana no es ¿qué es la
memoria?, sino ¿en qué forma se conservan los recuerdos y qué hay en el olvido
para que sea digno de ser olvidado? El psicoanalista Rodrigo Solís asegura que
en tanto sea posible sostener la hipótesis de la existencia del inconsciente,
la memoria se nutre de las representaciones psíquicas de lo vivido o de lo
percibido y que evocan la experiencia vivida.
“El recuerdo, así como el olvido nunca son fenómenos puros,
pues siempre somos selectivos al recordar y olvidar lo que hicimos. Cualquier
situación vivida hoy puede activar un recuerdo de la infancia que se ha
desalojado de la conciencia. La memoria no es un archivo cronológico, por ello
se olvida lo más importante y se recuerda lo trivial”, agrega Solís.
Yoseth Ariza, médico y profesor de la Universidad Icesi y uno
de los organizadores del Brain Festival comenta que uno de los objetivos del
evento era romper mitos y aprender un poco más sobre ese término tan complejo
llamado memoria y destaca las siguientes conclusiones:
- La memoria no es un don, sino algo que se debe educar.
Muchas cosas cambian, pero el cerebro sigue necesitando las mismas tres cosas:
atención, concentración profunda y dotar de significado para lograr la
construcción de los recuerdos.
- Es importante hacer conscientes a las personas de la
importancia del cerebro y cómo éste funciona. Este importante órgano es el que
nos conecta con la vida, da sentido a todo lo que nos rodea, brinda identidad y
es la memoria
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