viernes, 6 de julio de 2018

El Amor Por La Lectura


La lectura agudiza la sensibilidad, nos hace libres, críticos, nos da mayores recursos para interpretar el mundo. Da la posibilidad de generar un estrecho encuentro con la realidad y estar al tanto de las transformaciones que experimenta el hombre. Todos necesitamos y debemos leer, pero si hay un segmento que lo necesita un poco más en medio de esta furiosa época de revolución tecnológica, son los jóvenes.

Todo lo que alimente la mente y el espíritu será una fiesta. Lo que edifica y construye al ser humano es una fiesta. Sembrar el amor por la lectura en los más chicos, como lo han hecho las autoridades en el curso de esta semana, es un acto noble, festivo, necesario.

La iniciativa del Ministerio de Educación de incluir la Fiesta de la Lectura en el calendario escolar como un camino para incentivar la lectura en las escuelas y colegios del país resulta una medida acertada, creativa, que de seguro significará la semilla que dará a la Patria nuevos lectores y más jóvenes con sentido crítico, inquietos, con ganas de cambiar el mundo.

Si bien los buenos hábitos y la formación del ser humano empieza en el hogar, las medidas que tome el Estado en favor del desarrollo intelectual de los estudiantes deben ser complementadas en casa. Los padres deben plantear actividades que propicien cercanía entre sus hijos y los libros.

Lo ideal es predicar desde el ejemplo. Los chicos deberían crecer viendo a sus padres leer, pero los especialistas enfatizan que el vínculo que se forja con los libros es algo así como los vínculos que se generan entre los seres humanos, así que la actividad más fructífera en este sentido es que padre o madre, o ambos, se dediquen a leer a sus hijos desde pequeños, en familia, y así relacionen la lectura con el amor, con la atención, con la unidad.

Hay que encontrar el momento del día y el espacio perfecto para compartir un libro. Al hacerlo se tejerán lazos emocionales, afectivos, y las chances de crear lectores asiduos y voraces serán mucho mayores. La lectura debe ser vivida desde el placer, no desde la imposición, y esta es una buena forma de lograrlo.

La lectura es sabiduría, conocimiento, crecimiento, un alimento para el alma. Que la lectura sea la fiesta permanente y cotidiana de nuestras vidas, que nuestras casas pasen anegadas de libros y de letras.



No hay comentarios:

Publicar un comentario