Hace unos días atrás tuve un inesperado trastorno
en las luces de mi automóvil y me quede a oscuras en pleno viaje por la ruta,
como estaba haciendo el viaje conjuntamente con algunos amigos que viajaban en
su propio coche ellos, mis amigos, decidieron auxiliarme con la finalidad de
pudiese continuar con el viaje con lo que se hizo necesario de que yo les
siguiese detrás formando una caravana, el viaje fue seguro y requirió que les
siguiese detrás y me guiase por la luz de los que iban por delante.
Esto que relato parece nada, apenas un ligero
contratiempo, pero en realidad tuve que viajar más de una hora con la luz
prestada por mis amigos, durante el viaje aproveché esta ocasión para extraer
una enseñanza de todo lo que estaba ocurriendo y créanme que me ha sido de
mucha utilidad para ayudarme a comprender y valorar la circunstancia de poder
conducirme por la vida utilizando mi propia luz, el viajar con la luz
prestada por más seguro que nos parezca requiere que quién nos ilumina el
camino viaje delante nuestro y que nosotros le cedamos el paso y nos resignemos
a seguirle detrás.
Me vino a la mente un poema de un autor que
actualmente no recuerdo pero que tengo muy presente el profundo significado de
sus palabras:
“cuando tu opacas tu luz para que otro pueda
brillar todo el mundo se oscurece”
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