De nada nos valen las viejas recetas maquilladas de
emprendedurismo, de ecología y de marketing agresivo si no existe lo que se
entiende por emprendimiento sociocultural. Este es el que debe tomar las
riendas del futuro crecimiento pero no solo de la mano del trabajo de los
autónomos o de las mini empresas repletas de becarios y voluntariado,
prácticamente sin ningún asalariado. Mejorar el tamaño de las empresas, una
mayor industrialización, para poder abordar una mejor internacionalización.
Es más, la industria sociocultural es uno de los motores de
desarrollo de nuestra región. Lo sociocultural contribuye de hecho al
crecimiento de la economía, pero no puede convertirse en un mero instrumento
económico. La diferencia estriba en que el negocio de este emprendimiento no
venga avalado por los mitos del neoliberalismo. Y que no sean herramientas
financieras en poder de los grandes, sino al servicio del bienestar
socioeconómico de los ciudadanos y a la mejora de su cultura y espíritu.
En este modelo de crecimiento económico y del nuevo marco
del mercado de trabajo que auspicia el neoliberalismo hay una apuesta tramposa
por incrementar las empresas de emprendedores. En realidad, es un intento de maquillar
la enorme desregulación y la precaria condición de los falsos autónomos. Lo de
emprender no es más que la aplicación del viejo sueño neoliberal de una
sociedad libre de productores independientes en el marco de un mercado
perfecto.
Existen muchas sombras sobre este modelo de crecimiento que
sustituye asalariados por autónomos, por falsos emprendedores. Cambiar los
modelos de producción y del mercado laboral son funciones más bien de las
Agencias y Centros de Recursos estatales, autonómicos y locales. La universidad
debe colaborar en estos planes pero no dirigirlos ni generarlos. Para eso están
las agencias de Innovación y Desarrollo, las empresas, las consejerías de
Economía y Empleo, direcciones generales de Industria, Innovación, y
fundamentalmente las Cámaras de Comercio.
¿Es esto lo que quieren nuestras universidades públicas?
¿Nuestros responsables universitarios „y el profesorado, PDI, y los
trabajadores„ deben centrar sus esfuerzos y talento en crear espacios en los
campus para los negocios emprendedores? O más bien sería primordial, crear,
educar y formar a nuestros alumnos y titulados, en impulsos de ideas
innovadoras, creativas, y fomentar la industria educativa y sociocultural.
O
sea, fomentar un ecosistema de innovación abierta al servicio del aprendizaje,
la investigación y la creatividad. Eso es la esencia de la universidad, eso es
su plan estratégico para el futuro.
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