“Ven toma mi mano, apóyate en mí y yo me apoyaré en ti, no
te preocupes la vida es así, a veces los problemas nos hacen sentir que estamos
muy solos. Ven habla conmigo y ábreme tú corazón, déjame escuchar tus penas y
escucha las mías, a veces compartir el dolor lo hace más llevadero. Ven
caminemos juntos y así poco a poco venceremos los fantasmas que no nos dejan
vivir. ”
La confianza viene del latín y significa “con fe “y por
tanto la confianza y la fe van siempre unidas. Confiar significa tener
fe. Es tener fe en uno mismo y fe en los demás. Confiar es saber que lo
vamos a conseguir y por tanto confiar es creer, muchas veces creer sin ver.
Y es que al igual que confiamos en nuestra familia y amigos,
también podemos y debemos confiar en nosotros mismos. Es más, la mayor
confianza viene de nuestro interior y es un aspecto que tenemos que afianzar,
que tenemos que trabajar para desarrollar las herramientas y valores para
seguir adelante, para caminar en la vida, para vencer y dominar los miedos, las
dudas y las incertidumbres.
La confianza es un pensamiento positivo que nos hace seguir
hacia adelante, pero también es un sentimiento muy profundo que surge desde
nuestro corazón y aquí es fundamental como hemos dicho antes la fe.
Para tener confianza tenemos que creer en nuestro potencial,
en nuestros recursos y por tanto tenemos que valorarnos
Y es que somos personas muy limitadas, pero a la vez somos
personas con un potencial extraordinario y es que somos a la vez personas
humanas y divinas.
Creer en nosotros mismos es una decisión que sin duda
tenemos que tomar a lo largo de nuestra vida. Como ya hemos dicho en
anteriores ocasiones, la vida al igual que emprender, es un camino de
aprendizaje, donde somos peregrinos en busca de nuestra meta. Para la
mayoría de las personas, esa meta, sin duda, será la felicidad. Somos
caminantes que nos enfrentamos a nuestro propio destino y en ese caminar nos
depara retos y pruebas que tenemos que afrontar.
Y para ello es fundamental confiar y tener fe, en nosotros y
en nuestro proyecto.
A pesar de las dificultades, de la incertidumbre, sin duda
tenemos la confianza, la fe que es una de las herramientas más potentes que
podemos utilizar.
Sabemos que somos vulnerables, pequeños y que atravesamos un
camino de dificultades. Y necesitamos confianza, seguridad y esa
seguridad, sin duda, la tendremos que sacar dentro de nosotros mismos. Y
lo haremos a través de nuestros valores, nuestras raíces, en las que nos nutrimos,
crecemos y nos desarrollamos como personas.
Para terminar quiero decir que la confianza es un valor
extraordinario y que es necesario fortalecer y transmitir a los demás. Si
confiamos en nosotros mismos podemos confiar en los demás y ayudar a que otras
personas puedan desarrollar ese valor de la confianza que tanta falta nos hace
tanto en los hogares, en las familias así como en los centros educativos.
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