La solidaridad es
una condición del ser humano que complementa las actitudes sociales de un individuo.
Podemos definirla como el acto mediante el cual una persona realiza acciones en
beneficio de otro sin recibir nada a cambio.
Entonces, podríamos decir que es
la base de la sociedad humana si se tiene en cuenta que cuidándonos unos a
otros es que podemos sobrevivir.
Cuando una persona
es solidaria con los demás, mantiene una naturaleza social en el entorno en el
que se desarrolla. Ser solidario conduce al desarrollo sustentable de los
pueblos, ya que este es un acto fundamental para beneficiar a quienes se
encuentran en situación de vulnerabilidad, lograr aportar a una determinada
causa o cuando alguno de nuestros seres queridos, ya sean amigos, conocidos o
familiares tengan algún problema en el que nuestra ayuda o compañía sean un
aporte para mejorar su difícil situación.
En tiempos de
crisis es común encontrarse con la solidaridad de personas que se dedican a
hacer el bien. Países que atraviesan momentos de guerras, hambrunas, desastres
naturales y otras condiciones extremas siempre han podido contar con otros
Estados que se avocan a defender, ayudar o brindar toda clase de apoyo para
resguardar la integridad de esa localidad.
La Asamblea General
de las Naciones Unidas, en 2005, proclamó el 20 de diciembre de cada año Día
Internacional de la Solidaridad Humana, considerando que la solidaridad es uno
de los valores fundamentales y universales en que deberían basarse las
relaciones entre los pueblos. Asimismo, la ONU destaca que la solidaridad es un
pilar central de la cooperación internacional y hace referencia a que la
globalización y la creciente interdependencia suponen un cambio en nuestra
forma de cooperar.
La solidaridad no es obligatoria
Aunque la
solidaridad no es obligatoria, resulta un compromiso moral que debe haber entre
los que pueden ser capaces de ayudar a alguien en situación de riesgo o
necesidad extrema. Es un acto importante ya que representa la base de muchos
valores humanos, como por ejemplo la amistad, el compañerismo, la lealtad, el
honor… Ser solidario nos permite sentirnos unidos a esas personas a las que les
brindamos apoyo, es vivir su realidad con una solución conseguida en conjunto.
En la actualidad,
la solidaridad suele pasar desapercibida o no ocupar tanto espacio en nuestras
vidas debido a todos los temas a resolver que solemos tener. Pero, en todos los
lugares del mundo se puede ser solidario, desde nuestra humanidad y desde donde
nos encontremos podemos poner en práctica nuestra solidaridad. Cada día se nos
presentan oportunidades para ser solidarios con las personas que nos rodean. Un
primer paso es ponernos en el lugar de otro e intentar entender sus problemas
desde su perspectiva.
La solidaridad es una forma de apoyo que se realiza desde
la igualdad y teniendo en cuenta los principios básicos de justicia social e
interdependencia, porque al ser solidarios formaremos parte de los problemas de
nuestro entorno y de sus soluciones. Cuando participamos de manera solidaria en
la solución de un problema logramos que las cosas cambien, pero también
cambiamos nosotros mismos.
Es normal escuchar,
creer o pensar que la solidaridad es un buen modo de paliar situaciones
dolorosas en las que los Estados demuestran su ausencia o no actúan de manera
correcta y notamos como las organizaciones de la sociedad civil terminan siendo
un alivio efectivo para estas situaciones. Sin embargo, es necesario que
individualmente dejemos sentado que cualquier acto de solidaridad que hagamos
es responsabilidad de los Estados y de quienes administran los recursos quienes
deben actuar correctamente para evitar catástrofes o situaciones de abandono y
contrarrestarlas cuando las mismas se dan.
Ser solidario
también implica poder organizarnos para ayudar y para hacerle ver a los Estados
que cualquier ciudadano debería poder reclamar y exigir mejoras.
Es nuestra
responsabilidad exigir que las obligaciones se cumplan no sólo para nosotros
sino cuando vemos a alguien desamparado. La solidaridad es sin duda un acto
importante para ayudar a que nuestra sociedad funciona armoniosamente.
No
olvidemos la solidaridad como algunos Estados olvidan a los que más necesitan.
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