domingo, 1 de julio de 2018

El Intelecto



Nuestra vida esta permeada por el estado de ánimo y la emocionalidad que en nosotros se haya instalado.

Todos tenemos un coeficiente de inteligencia, unos más altos que otros, pero todos lo tenemos y desde la infancia hasta la adultez escuchamos que de este coeficiente dependerá el éxito en la vida. Sin embargo los estudios recientes han demostrado que no siempre resultan personas triunfadores aquellas cuya capacidad intelectual es elevada. Existe otra inteligencia, la Inteligencia Emocional, ella es quien abre o cierra nuestras posibilidades de accionar en la vida.

Conocemos de personas brillantes en el estudio que han logrado hundir un capital en la nada y por otro lado también están aquellos que jamás concluyeron una carrera universitaria y conducen exitosamente destacadas corporaciones.
 
¿Golpes de la suerte?.Según plantea Charles R. Swindoll “¨… la vida es el 10 % de lo que me pasa y el 90 % de cómo reacciono a eso” “Somos responsables de nuestras actitudes” y los estudios recientes demuestran que el triunfo depende de cómo utilizamos nuestra Inteligencia Emocional para relacionamos con el entorno. El control sobre nuestro yo emocional es el que nos permite ir al éxito o al fracaso, para aprovechar las oportunidades que nos retan y están a nuestro alcance.

Daniel Goleman, en su libro Inteligencia Emocional en la Práctica, nos dice: “Las normas que gobiernan el mundo laboral están cambiando. En la actualidad no sólo se nos juzga por lo más o menos inteligentes que podamos ser ni por nuestra formación o experiencia, sino también por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos o con los demás.” 

Es entonces la hora de reflexionar sobre nosotros y cómo nos comunicamos en nuestro contexto para aprovechar las oportunidades de triunfar.



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