miércoles, 4 de septiembre de 2019

El Poder De La Voluntad



Todos estamos dotados de una muy particular característica aunque bueno es reconocer de que no son muchos aquellos que llegan a descubrir todo lo que pudieran ser capaces de hacer con sólo poner en práctica en sus acciones la voluntad necesaria para alcanzar, por dificultoso y difícil que nos parezca a simple vista, cualquier objetivo que se proponga conquistar.

Nuestra voluntad surge vigorosa e inclaudicable cuándo nos acercamos a los límites de nuestras posibilidades, digamos que en la resiliencia reside nuestra capacidad de superar cualquier obstáculo, cuando todo declina y nuestras fuerzas pareciera que han perdido su capacidad de reacción, recurrimos a esa maravillosa capacidad adicional de nuestra voluntad para levantarnos y proseguir con nuevos bríos en el proyecto emprendido.

“El adjetivo de voluntarioso define una cualidad de carácter de aquella persona que se caracteriza por tener una buena voluntad y una disposición de ayuda para realizar el bien en cualquier ámbito de la vida. En el contexto profesional, una persona voluntariosa es aquella que trabaja con tesón por alcanzar sus objetivos, se supera a sí misma, es constante en la realización de un plan de acción y cuida todos los medios a su alcance para intentar que las cosas salgan según lo esperado.

Ser voluntarioso es una cualidad importante, una de las más valoradas por cualquier empresa cuando contrata a profesionales que más allá del currículum, se diferencian por sus habilidades personales.

Las personas voluntariosas simplifican las dificultades a través de su actitud.

Una persona voluntariosa es diligente y firme en su tarea, tiene una rectitud moral que le hace perseverar en sus propósitos gracias a un alto grado de motivación intrínseca. Es decir, una persona diligente es aquella que valora el cumplimiento del deber. La cualidad de ser voluntarioso también es importante en los estudios donde esta disposición de trabajo puede ser incluso más importante que la inteligencia.


Algunas personas muy inteligentes se confían en sus posibilidades y suspenden un examen por no haberlo preparado a conciencia. En cambio, las personas voluntariosas y trabajadoras tienen paciencia para preparar con esmero una tarea. En este caso, la persona se esfuerza con gusto porque se motiva ante los frutos que espera lograr a partir de su esfuerzo”




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