martes, 21 de marzo de 2017

Hagamos Un Paréntesis


Pensé que sería interesante hablar sobre la conveniencia de hacer ciertos altos en el camino para librarnos del día a día, recuperar nuestro equilibrio y encontrarnos a nosotros mismos.

La práctica sistemática de estos paréntesis, nos ayudarán a conocernos mejor, a contemplar con serenidad lo que nos ocurre y a saber lo que sucede a nuestro alrededor.

Hablamos de una forma, más positiva, de hacer pequeños altos en el camino; sin necesidad de recurrir a la huida, o a diferentes formas de evasión. Con ello, podrá atemperarse el impulso de romper, aunque sea temporalmente, con la familia, la pareja o los amigos, antes de que se convierta en una imperiosa necesidad.

Hay quienes temen el silencio, la soledad y encontrarse consigo mismos. Buscan  estar acompañados, o bien, permanecer siempre ocupados en mil cosas diferentes. Son reacios a dejar de estar en movimiento y difícilmente se encuentran predispuestos a hacer frente a lo que les sucede; en lugar de lo cual, se limitan a ir apagando los fuegos que encuentran en su camino.

Es muy conveniente aprender a buscar los momentos de soledad y a disfrutar de ellos. En un principio, podrá ser difícil para muchos por la novedad que, para ellos, conlleva. Sin embargo, se acostumbrarán y encontrarán que puede ser muy positivo, con el transcurrir del tiempo. Con la práctica, todos nos beneficiaremos de esos momentos en los que nos abstraemos de las actividades cotidianas y de su frenético ritmo, en la mayoría de los casos.

Logrando alcanzar estos momentos de soledad, encontraremos la paz necesaria para poder afrontar los retos que se nos presenten. Para ello, basta estar tranquilos y relajados, en contacto con nosotros mismos.

Cuando miremos en nuestro interior, conviene identificar aquello que nos sucede: nuestras emociones, lo que nos duele y nos hace sufrir, lo que nos agrada y nos da felicidad, nuestras carencias y nuestros deseos. Procede hacerlo, con honestidad y valentía, sin engañarnos a nosotros mismos.

Sin duda alguna, encontraremos cómo solucionar nuestros problemas. Para lograrlo, no desdeñemos  comunicarnos con personas de nuestra total confianza y  pedir ayuda, si lo consideramos necesario.

No todos los paréntesis tienen que ser en soledad y quietud. Hay muchas actividades que nos ayudarán a distraernos, a salir de la rutina y a conectar con nosotros mismos. 

Algunas veces, será muy agradable y enriquecedor hacer paréntesis en compañía. Un paseo, un viaje, un concierto, una agradable conversación… Siempre tendremos la disponibilidad de personas que tienen la facultad de ayudarnos a profundizar en nuestro autoconocimiento. Bastará ir en busca de ellas, porque, su compañía, nos servirá de bálsamo para nuestras penas y de estímulo para nuestros sueños.



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