martes, 28 de marzo de 2017

Las Mal Llamadas Limitaciones


En el mundo en que vivimos nos encontramos a menudo sintiéndonos presos de nuestros sueños no cumplidos, de nuestros deseos reprimidos, de las deudas que hay que pagar, de nuestra rutina y responsabilidades. 

El tiempo destinado para explorar nuestra alma y encontrar un verdadero punto de equilibrio se hace particularmente difícil en un mundo que se nos presenta muy material, caótico y externalizado.
Pero es este mundo en que vivimos, querámoslo o no, lo único que tenemos, y por lo mismo, es necesario aceptarlo inicialmente exactamente como es, para luego, en base a nuestra propia determinación, despertar una chispa de cambio comenzando desde nuestro propio mundo interno.

Nuestras limitaciones nacen en nuestra cabeza, la que a menudo se lo pasa juzgando aquello que está mal en nosotros, maximizando hasta nuestros más pequeños defectos y errores, yendo de un lado para otro en medio de miles de pensamientos sin sentido y mermando en muchas ocasiones nuestra propia capacidad de enfocarnos y sentirnos libres.

La libertad, desde mi experiencia, no nace de estar en un lugar físico determinado: Es un estado interior, de calma, de caminar a través de lluvias, aglomeraciones y situaciones poco favorables con determinación, sabiendo que, si bien estamos presentes en el momento, no somos eso, sino que, en perspectiva, estamos en un plano superior.

Para barrer con todas las limitaciones que nos impiden ser más y lograr más, es necesario un cambio de estilo basado en acciones permanentes y sostenidas en el tiempo. 

Tal como aprendemos a adquirir nuevos hábitos, es en este caso fundamental el incorporar algunos aspectos en nuestro interior de modo de poder sellarlos como raíces potentes y beneficiosas para nuestro cotidiano:

Liberarnos de nuestras limitaciones es nuestra tarea personal e interna de todos los días. Mi invitación es a disfrutar el proceso dentro de un entorno dinámico y una vida que es corta en nuestra dimensión física. La clave para ello está en querer y en pasar a la acción con determinación.

En la ceremonia de graduación de Harvard, recientemente, el cineasta Steven Spielberg expresó que la forma de crear un mejor futuro es conociendo nuestro pasado. Él insiste a sus hijos que vean hacia atrás, que traten de comprender el pasado. Para que entiendan quiénes son ellos, deben saber quiénes fueron sus padres, sus abuelos y como era su país antes que ellos nacieran.

También nosotros tenemos que entender nuestro pasado, buscar las causas que originaron un conflicto que parece estar aún tan presente en nuestro tiempo. Esto nos podría ayudar a reconocer nuestras limitaciones, no solo como individuos sino como grupo social.


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