miércoles, 22 de marzo de 2017

Las Diferencias Que Nos Igualan


Nos gusta decir, en algunas ocasiones, que dos personas son “idénticamente  iguales”. 
Utilizamos el adjetivo “idénticamente”.
Sin embargo, todos  sabemos muy bien que no podremos jamás encontrar a dos personas idénticamente iguales.

Las personas somos  idénticamente diferentes”

La verdadera diferencia que nos separa a unas personas de otras está  en el cómo 
nos enfrentamos a cada hecho que nos va ocurriendo a lo largo de nuestra vida.
Tanto en lo más cotidiano, como en lo más excepcional.
Quizás esto sea también uno de los determinantes más importantes para medir 
el “grado” de felicidad de cada uno de nosotros.

Nos sentimos más o menos felices ante todo lo que nos va ocurriendo cada día
dependiendo de cómo lo vivimos, de cómo lo interpretamos, 
de cómo ponemos nuestra disposición mental al servicio de los diferentes hechos o vivencias.

Este es el verdadero factor variable intrapersonal, que no sólo cambia de persona en persona, 
sino también en una misma persona dependiendo del momento en el que se encuentre.

Se trata de la visión momentánea que una persona tiene ante el análisis retrospectivo de algo que le ha pasado ya,  
que le está ocurriendo en ese momento o que le espera en el futuro.

Pero claro, como es sabido, está basada en la interpretación que en ese momento se está haciendo 
de la realidad que le acontece.

Por lo tanto, la buena noticia, es que puede modificarla simplemente cambiando su propia  interpretación de dicha vivencia.

Aún a riesgo de ser demasiado simplista, creo que lo que realmente nos diferencia a las personas, 
se puede reducir a tres elementos fundamentales, todos de origen interpretativo:

1.- Tener o no una disposición mental  esperanzada ante las dificultades que suceden.

2.- La decisión de aprender de todo. 
Tanto de lo que nos produce gozo, de lo bueno, como de lo que nos genera malestar, nos enturbia, o nos produce vértigo.

3.- La capacidad personal para cambiar la perspectiva de las cosas, de los hechos, de las vivencias, es decir, el darnos el permiso o no para cambiar de punto de vista.

www.fernandobotella.net/2013/07/que-nos-hace-diferentes.html

Ver el mundo de hoy implica estar en presencia del auténtico caos que crea constantemente el ser humano. El mundo es perfecto, nosotros no. Vamos por la vida con un sólo interés, nosotros mismos. Sin nosotros, el mundo seguiría funcionando, y tal vez mucho mejor.

Entonces, aprendamos a vernos. A intentar ponernos en el lugar del otro, y tratar de entender sus conductas, sin justificarlas, sin juzgarlas. Sólo observando. De esa manera tal vez podamos llegar a muchas conclusiones.

No vamos a poder solucionar los problemas del mundo, pero si vamos a tomar mejores decisiones y a hacer lo que corresponda en cada caso. Simplemente, seremos mejores personas, se va a mejorar nuestra vida, y se va a dar el ejemplo.

Hugo W Arostegui




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