Disipemos dudas en el comienzo de cada día. Hemos de apostar por
las razones que nos permiten comprender. Todo llega cuando debe. Lo sabemos.
Los
elementos de la casi perfección nos conducen por vericuetos de ansias estimables.
No todo está donde debe. Así es el mundo. Presentemos consideraciones en clave
cariñosa.
Hemos de estar listos para ayudar, para contribuir a mejorar
nuestras propias vidas desde la fortaleza que nos hará más solidarios.
Todo es un deseo, que se resume en la felicidad, aunque no siempre
lo sepamos, o no seamos capaces de nominarla.
Avancemos con los conceptos que hemos de considerar básicos,
dándonos esos flujos que justifican todo y más. Hemos descubierto lo que
fuimos. Podremos ser lo que nos propongamos. De veras.
Cuando era niño observaba el nacimiento de los pollitos y la forma
que tenían para romper el huevo en el cual habían sido engendrados, es muy
interesante ver como paulatinamente van agradando el espacio que les mantiene
dentro hasta que finalmente logran salir al exterior.
Recuerdo la vez en que pretendiendo ayudar a acelerar el proceso
agrandé con una varita el hueco que el pollito había abierto en el huevo y para
mi sorpresa y frustración el pollito que en mi ansiedad pretendía ayudar a
liberar de lo que yo suponía le mantenía cautivo dejó de esforzarse y en poco
tiempo lamentablemente se murió.
Más tarde supe, y la enseñanza recibida todavía persiste como
grabada a fuego en mi consciencia, que cada cosa requiere su tiempo y que
pretender acelerar los procesos naturales lo único que logra es el exponer al
candidato a las consecuencias de su falta de madurez.
Hugo W Arostegui
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