Los niños que suspenden un
examen suelen decir “me han suspendido”, sin embargo cuando un niño obtiene una buena
calificación en examen, suele decir “he sacado
un 9 sobre 10”, incluso si su equipo de
fútbol preferido gana un partido suele decir “hemos
ganado”, apropiándose así del éxito
de otros; esto se repite a lo largo de nuestra vida, incluso de adultos cuando
nos encontramos ante situaciones de éxito o de fracaso nos comportamos
apropiándonos del éxito y disociándonos del fracaso.
En este artículo veremos
cuáles son las causas, los beneficios y los perjuicios de comportarse con una
actitud de victima ante el día a día y la vida.
Antes de continuar sería
bueno que por unos minutos reflexiones si tu mismo/a tienes una actitud de
víctima o de protagonista, también reflexiona ante qué circunstancias te
comportas como protagonista y cuáles como víctima. Piensa también en las
personas de tu entorno más cercano, intenta detectar comportamientos de
victimismo o de protagonismo de tus amigos, familiares, compañeros de trabajo…
La mayoría de estos
comportamientos son inconscientes, es decir ante cualquier situación
desagradable o no deseada, reaccionamos con un comportamiento irracional, a los
niños no se les puede reprochar este tipo de comportamientos, son niños, sin
embargo en la edad adulta esto puede tener perjuicios que no se valoran en el
momento de la reacción, por ejemplo, cuando un adulto llega tarde a una cita o
reunión y este se excusa por el tráfico, en la mayoría de los casos no está asumiendo
la responsabilidad de planificar bien el desplazamiento o tomar en
consideración que puede encontrarse con tráfico que le impida llegar a tiempo,
¿tiene sentido?
Ante estas situaciones,
bajo mi punto de vista, entiendo que el
perjuicio más grande de eludir las responsabilidades, es decir, adoptar un
comportamiento de víctima, es la pérdida de poder personal, poder para liderar
su propia vida, impidiendo a la persona que tiene este tipo de comportamiento a
cambiar favorablemente sus resultados.
Me gustaría que por
unos minutos pensaras y reflexionaras en aquellas situaciones que un
comportamiento de víctima ha impedido alcanzar un objetivo o propósito de la
manera que hubiera sido ideal.
La vida es como una película con un guión incierto, sin
embargo, muchas personas dejan pasar los folios en blanco de este libro como si
la vida fuese eterna, viven a la espera de que llegue un momento mejor para
hacer realidad sus sueños. Se equivocan al pensar que siempre habrá un mañana
porque la verdad de la vida es el ahora.
Por tanto, disfruta de este instante, no seas un actor
secundario en la trama cuando está en tu poder ser el protagonista, quien toma
las decisiones importantes, quien toma las riendas de su vida con ilusión.
Hoy es un buen día para, a modo de coaching, hacer un cambio
importante en tu vida y pasar de ocupar un papel secundario en la historia,
para ocupar el papel principal en este cartel tan fascinante de la
existencia donde tú eres quien decide el título principal de tu vida:
¿Cuál es el lema que dirige tu existencia? ¿Qué mensaje
llena de luz tu alma? ¿Qué frase te hace vibrar por dentro de verdad?
En la vida puedes adoptar una
actitud de espectador o una actitud de protagonista. Ser espectador significa
conformarse, ver cómo los demás obtienen las grandes recompensas de la vida, o
peor aún, quejarse de la situación desventajosa pero sin hacer nada para
cambiarlo.
Por otro lado, ser protagonista significa tomar acción encausada,
utilizando toda tu capacidad y tus recursos, para perseguir tus sueños y alcanzar
los objetivos concretos que te propongas. No digo que sea sencillo alcanzar tus
sueños; seguramente no sea de un día a otro, ni siquiera de un año a otro (solo
en las películas), pero seguro avanzaremos tomando acción inmediata (por más
pequeña que parezca) y hacerlo de manera constante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario