domingo, 19 de marzo de 2017

Hablemos De Caridad


Definición de caridad. Caridad es un término que sirve para definir una virtud teologal perteneciente a la religión cristiana, que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Se trata de un amor desinteresado que surge por el mero deseo de darse a los demás sin pretender nada a cambio.

Para el cristianismo, la caridad es una de las tres virtudes teologales, junto a la fe y la esperanza. El cristiano ama a Dios por Él mismo y a su prójimo por amor de Dios. La caridad implica que el fin de todas las acciones es el amor.

A partir de este sentido, el concepto de caridad también se utiliza para hablar del auxilio que se presta a los necesitados, siendo una obra de caridad la acción desinteresada de un individuo en favor de otro que se encuentra desamparado. 

A simple vista, un acto que puede surgir de la compasión y el respeto por el otro, puede convertirse en una obra dañina para la propia persona en el primer caso o para toda la sociedad, en el segundo.

La caridad es sufrida. Frase sencilla pero profunda. Hay que sufrir si uno desea que los otros nos sufran también a nosotros para darse cuenta qué alejados estamos en realidad de la caridad perfecta, de la auténtica misericordia, de la humildad extrema. Hoy esta simple frase me adentra en una idea: tengo que aprender a sufrir cada día con paciencia por muy molestas que sean las flaquezas, defectos, debilidades o fragilidades de los otros porque yo también tengo demasiadas imperfecciones que los otros deben sufrir a costa mía. 

Me pongo hoy en el lugar de mi prójimo, de ese que no soporto, y considero cómo desearía que él me tratase si yo tuviera sus mismos defectos, debilidades y flaquezas. 

La caridad es sufrida, pero comienza por uno mismo.

La caridad de los Estoicos

El Estoicismo, unan antigua escuela de pensamiento que data de alrededor del 300 AC, y que estaba vigente en los primeros siglos de la era cristiana, es citada en ocasiones como una línea pre-cristiana de pensamiento que de hecho recomendaba hacer el bien al otro sin esperar nada a cambio.
Para estar seguros, los estoicos sí enseñaban que el buen hombre era un ciudadano del mundo que disfrutaba de un espíritu de fraternidad con todos los hombres y por esa razón parece que pueden haber sido mensajeros de la caridad, pero también enseñaban la supresión del sentimiento y las emociones, cosas que eran impropias en un hombre. El hombre no debía ser perturbado por eventos externos, incluso los más trágicos. Pensaban que el hombre posee una maestría personal tan fuerte como para ser capaces de afrontar la peor de las catástrofes con un espíritu de absoluta indiferencia. Y ese fue el espíritu con el que los sabios asistían a los menos afortunados: no era la idea compartir la pena y el dolor de aquellos a los que se ayudaba o hacer la conexión emocional con ellos, sino un espíritu desinteresado y sin emociones de quien simplemente está cumpliendo su deber. 

Por eso Séneca escribió:

El sabio consolará a los que lloran, pero sin llorar con ellos, socorrerá a los afligidos, dará hospedaje a los proscritos y limosna a los pobres,. . . devolverá el hijo a las lágrimas de una madre, salvará a los cautivos de la arena y enterrará incluso al criminal, pero en todo su mente y su semblante permanecerán serenos. No sentirá tristeza. Ayudará, hará el bien, porque ha nacido para ayudar a sus hermanos, para obrar el bienestar de la humanidad y para darle a cada uno su parte. . . Su semblante y su alma no mostrarán emociones mientras observa las piernas atrofiadas, los harapos, la postura doblada y descarnada del mendigo, pero ayudará a los que valen la pena y, como los dioses, su inclinación será para con los miserables. . . Solo los ojos enfermos se humedecen al contemplar las lágrimas de otros ojos. . .

Proverbios:
Tirarle el hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él.
Jack London (1876-1916) Escritor y activista americano

Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.
Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) Profesor de física y científico alemán.



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