La voluntad es la capacidad que tienes para elegir
entre realizar o no un determinado acto en tu vida. Esta capacidad de
elección depende directamente del deseo y la intención de realizar un acto
en concreto.
La voluntad que posees es el indicador de la fortaleza y
constancia con la que haces las cosas, de la gestión de tus emociones e
impulsos, del grado de paciencia y espera frente a la fatiga, de los deseos de
ser lo que se quiere ser y de ser capaz de dejar hábitos inadecuados.
La voluntad también es un indicador de la persistencia para
conseguir algo, para querer algo y no dejarse seducir por lo fácil , es decir ,
anhelar lo que realmente se busca por más difícil que al principio esto
parezca.
Toda acción voluntaria que te propongas va a pasar
necesariamente por las siguientes 4 etapas:
ETAPA 1. Automotivación: es el factor clave que te
incita a actuar, a tomar acción. La voluntad empieza con una cierta sensación
de inquietud que se provoca al ponerte en movimiento, con el fin de lograr tu
objetivo. Es el deseo cuando se trata de un estímulo agradable, o es el rechazo
y alejamiento cuando el estímulo es desagradable.
ETAPA 2. Racionalización: en esta etapa se valora la
necesidad de la acción. Se realiza un balance entre los factores favorables y
los desfavorables para ver si es oportuno o no actuar.
ETAPA 3. Decisión: Este es el momento clave donde entre
todas las posibilidades de actuar, tú tomas una determinación: o decides
realizar aquello que quieres y planeas cómo hacerlo, o renuncias a ello.
ETAPA 4. Acción: mediante la acción tiene lugar la
consumación del deseo y es la última etapa del acto voluntario. El resultado de
tu acción es el que te va a dar la información de si tu decisión fue acertada o
no. Es el momento de aprender sobre ti mismo. Si en la ETAPA 3 la decisión ha
sido acorde con tus deseos, su realización, es decir, el resultado que arrojó
esa acción, infunde una sensación de satisfacción placentera. Por el contrario,
si la decisión fue errónea o no se consiguió el resultado deseado, tiene lugar
la frustración.
Además de tener en cuenta las 4 etapas anteriores, tu
voluntad también se ve influenciada por otras facetas de la personalidad, como
son: la tenacidad, la constancia y la perseverancia, que
son determinantes de tu fuerza de voluntad.
En verdad cuando hablamos de fuerza de voluntad en nuestro
día a día lo confundimos con que la persona quiera o pueda hacer una cosa, y
como vemos nada más lejos de la realidad.
La fuerza de voluntad es el resultado de tener en cuenta las
4 etapas de la acción voluntaria y además la tenacidad, la constancia y la
perseverancia.
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