jueves, 1 de marzo de 2018

Nuestra Fortaleza Sensible


La sensibilidad en nuestra manera de comportarnos, comprender y comunicarnos no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Esta afirmación es contraria a lo que parece sostenerse en el pensamiento de muchas personas que entienden que los sentimientos nos hacen vulnerables.

Las emociones, los sentimientos y las sensaciones han sido castigados a lo largo de nuestra historia en numerosas ocasiones, por lo que no es extraño que la sociedad piense que sentir nos hace menos eficaces, fuertes y capaces a la hora de tomar decisiones y caminar por la vida.

La sensibilidad en nuestra manera de comportarnos, comprender y comunicarnos no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Esta afirmación es contraria a lo que parece sostenerse en el pensamiento de muchas personas que entienden que los sentimientos nos hacen vulnerables.

No hay vulnerabilidad en nuestros sentimientos, emociones y sensaciones
Muchas personas se comunican a través de juicios por miedo a mostrarse sensibles, ya que entienden que a través de los sentimientos muestran vulnerabilidad. Sin embargo, como estamos relatando, nada más lejos de la realidad, pues mientras que los juicios y las opiniones son pura conjetura, en los sentimientos no hay nada de especulación.

A la hora de favorecer la sensibilidad en nuestras relaciones más estrechas vamos “mostrando” mayor vulnerabilidad. Asumimos que nadie va a aprovecharse de ello y usamos nuestros sentimientos para promover una comunicación efectiva.

Sin embargo, en las relaciones “menos estrechas o sólidas” tendemos a mostrar la postura del juicio y de la frialdad como si esta supusiera un triunfo en vez de una postura de vulnerabilidad. Sentimos que así parecemos buenos y que la razón nos la da la insensibilidad por ser más objetiva.

Como consecuencia no comunicamos con claridad y franqueza, sino que caemos en la tentación de lo fácil y rápido, temiendo que descubran esa parte de nosotros que creemos inferior pero que, por el contrario, nos hace ser sabios de corazón.

Mostrarnos sensibles y hacer ver a los demás que no somos piedras significa expresarnos seguros, abiertos, relajados, entusiasmados y proclives al aprendizaje, la comprensión y la madurez.

Atacar en vez de revelar sentimientos y sensaciones es un error que podemos pagar muy caro. Sabiendo esto debe quedarnos claro que la sensibilidad es un don que merece ser potenciado, porque vivir “desde el corazón” es lo que nos hace especiales y auténticos.



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