Todos somos conscientes de que algunas personas son optimistas y otras son pesimistas, pero de lo que no somos conscientes la mayoría de las veces, es de las consecuencias que tiene nuestra mentalidad y nuestra percepción sobre el mundo. Tener mentalidad de éxito o mentalidad mediocre determina lo que obtenemos en la vida.
Es un tipo de persona que tiende a no responsabilizarse
de los resultados de su vida. Tiende a pensar que todo depende de los
demás, del entorno, de la situación económica, etc.
Son personas que esperan el fracaso, no tienen
confianza en si mismos ni en su capacidad. Constantemente piensan en los obstáculos y
se obsesionan con la probabilidad de error, por lo que no están dispuestos
a arriesgar. Y si no hay riesgo no hay recompensa. Esperan poco y por
lo tanto obtienen poco.
Armándose de excusas, afirman estar esperando su
oportunidad, siempre investigando, esperando, preparándose… Pero en realidad su
miedo al riesgo les hace procrastinar y procrastinar hasta que la
oportunidad desaparece porque otra persona con menos miedo, mientras la mayoría
está esperando una oportunidad, se arriesga, y gana.
Las pocas personas que se arriesgan y triunfan, lo hacen
porque se responsabilizan de su propia vida y de sus logros. Son
personas que saben que lo que hagan va a funcionar porque ellos harán que
funcione. Saben que los resultados no dependen de los demás, del entorno no de
la crisis, si no que dependen de si mismo. Confían en su capacidad y no
temen a encontrarse obstáculos y circunstancias desfavorables, ya que se saben
capaces de sortearlos. Son personas dispuestas a arriesgar porque si
las cosas no salen bien, siempre podrán recuperarse.
Las personas que consiguen el éxito, que triunfan en la
vida, se centran en lo que quieren, en cambio el resto, se centran en
lo que no quieren. Por tanto los primeros, al centrarse en lo que quieren: el
éxito, las oportunidades, la abundancia, la riqueza, etc. eso es precisamente
lo que obtienen.
Los demás, la inmensa mayoría, se centran en los miles de obstáculos
que aparecen o pueden aparecer en su camino, de tal forma que esta obsesión les
absorbe, dirige su pensamiento hacia problemas, no hacia soluciones, y les
es imposible gestionar tal volumen de obstáculos. Es sencillo: aquello en
lo que te enfocas, determina lo que te encuentras en tu vida. Si nos enfocamos
en los problemas, serán los problemas los que protagonizarán nuestra vida.
Obtendremos mejores resultados si ponemos en práctica el
optimismo, redefiniendo cualquier situación que los demás consideren un
obstáculo como una oportunidad. Las personas negativas te aconsejarán que hagas
lo contrario, precisamente por eso la mayoría de las personas no alcanzan el
éxito. Céntrate en lo que tienes, no en lo que no tienes. Mientras los
demás siguen preparándose y analizando la situación, tú alcanzarás el éxito.
Reflexiona detenidamente ¿Tienes mentalidad de éxito o mentalidad mediocre?
Si no te conformas con dedicar tu vida a trabajar para pagar
facturas, sal de la comodidad, haz cosas diferentes y lucha por conseguir metas
valiosas y predeterminadas.
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