“La fe es la certeza[a] de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Hebreos
11:1 (LBLA)
Los diccionarios generalmente definen la convicción
como una creencia fija o fuerte. La convicción es mucho más que eso. Tus
convicciones son tus valores, compromisos y motivaciones.
Me gusta la definición de convicción que una vez oí del gran
maestro de la Biblia Howard Hendricks: "Una creencia es algo sobre lo cual
discutirán. ¡Una convicción es algo por lo que morirán!"
Nuestras convicciones determinan nuestra conducta. Nos
motivan a adoptar una postura y a actuar conforme a nuestros valores.
Cuando te conviertes en Cristiano, a menudo haces cosas
simplemente porque otros cristianos a tu alrededor las sugieren o las
modelan. Tú puedes orar, leer la Biblia y asistir a los servicios porque
ves los ejemplos de otros.
Esto está bien para un cristiano nuevo; los niños aprenden
del mismo modo. Sin embargo, a medida que creces, eventualmente debes
desarrollar tus propias razones para hacer lo que haces. Esas razones se
convierten en convicciones.
Las convicciones bíblicas son esenciales para el crecimiento
espiritual y la madurez. Lo que hoy es irónico es que las personas a menudo
tienen fuertes convicciones sobre temas débiles (fútbol, moda, etc.) mientras
tienen convicciones débiles sobre grandes temas (lo que es correcto y lo que
está equivocado).
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