viernes, 14 de junio de 2019

Atrapasueños

El acontecer, como el existir, son simples abstracciones desde las que describimos lo que llamamos realidad. Hechos y situaciones no sucederían, ni se sucederían, si no los situáramos en unas coordenadas espaciales y temporales precisas, la realidad.

Solo así son inteligibles, como datos, pero en los asuntos humanos, decía Weber, hay siempre una historia interna, por lo que no podemos alcanzar nunca más que una verdad parcial o relativa.

Así pues, somos lo que imaginamos, nuestra propia existencia depende de cómo nos imaginamos.

Pero lo que imaginamos nunca sucede como habíamos fantaseado, demasiados condicionamientos y categorías, demasiadas normas y abstracciones, todo es interpretación, nada existe por sí mismo, una tupida red de interdependencias envuelve todo cuanto hacemos o pensamos desde que se inició eso que llamamos pasado.

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