Cada vez nos resulta más claro el importante papel
que asume en nuestras decisiones el grado de información que tengamos sobre cada
asunto en cuestión, cuando mencionamos a la información es muy conveniente
precisar que la misma es generalmente invasiva, que busca penetrar y
condicionar nuestros sentidos con la finalidad de predisponernos a aceptar o
rechazar cualquier propuesta que recibamos.
El sólido criterio, ese hilo conductor de nuestras
decisiones debe ser el resultado de nuestra investigación sobre las diferentes
posiciones que se expongan al respecto, y , posteriormente, evaluar las
coincidencias que encontremos entre las variables a optar y por la que
entendamos es la correcta.
Está claro de que no somos infalibles y siempre
estará latente la posibilidad de equivocarnos pero para entonces habremos
sopesado las variables, nos informamos lo mejor que pudimos y en la toma de
decisiones nos sentiremos identificados con nuestra postura, lo importante es
que suceda lo que suceda con el asunto analizado en cuestión siempre ganaremos
en experiencia y consideración esto redundará sin duda en el mantenimiento de
nuestra autoestima.
Lo mismo sucede en la elección de nuestros temas
que publicamos, los temas escogidos para publicar, como este que exponemos, no
son tomados al azar ni son el fruto de nuestra dialéctica improvisadora, estos
temas responden a ese invisible “hilo conductor” que mencionamos que nos
identifica y permite evaluar no sólo nuestra coherencia sino que además actúa
de “identikits” de nuestros temas al punto de que la simple lectura de lo que
decimos identifica al autor y al “hilo conductor” que le conduce-
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