Entre los muchos conceptos a tener en cuenta en el
cultivo de nuestras relaciones sociales y conste que no existen relaciones
sociales ajenas a nuestra condición de humanos, es el sentido del honor por
nuestra condición de tales, el grado de madurez que hayamos podido desarrollar
en el transcurso de nuestra existencia estará signado por los valores
inherentes a esta condición.
El hecho de comprender en nuestro fuero íntimo que
somos parte de una herencia que se nos ha legado a través del aporte de
innúmeras generaciones que nos han precedido en la transmisión de todo lo que
hoy en día constituye un valioso patrimonio cultural, un acervo del cual no
sólo nos enaltece, sino que además, nos obliga a preservar y de ser posible
multiplicar.
El honor consiste en valorar el legado recibido y
sobre todo en aunar nuestros esfuerzos, tanto individuales como colectivos, en
acrecentar la puesta en práctica de éstos valores en la búsqueda constante de
una impostergable superación.
"El honor es el estímulo que nos induce a
cumplir correctamente nuestros deberes
cuando nuestra vida está inspirada en la
integridad.
El honor es lealtad a una conciencia recta que se
guía por las normas del decoro, es
patrimonio espiritual del alma, inherente al ser
humano.
Se basa en la propia conciencia, que es la que,
aconseja al hombre las cosas que debe hacer y aquellas que debe abstenerse de
realizarlas, sin preocupaciones ni de las consecuencias ni de
la opinión ajena.
El honor es parte íntima e inseparable de nosotros
mismos, por lo que es un
sentimiento innato, independiente de los juicios
humanos y de un valor superior a la
vida.
El honor es un instrumento, si se lo puede llamar
así, de perfeccionamiento individual
en cuanto implica el acatamiento de un código de
costumbres que conserva como
normas permanentes ciertos preceptos válidos en
todos los tiempos.
Para que el honor constituya un valor útil en todos
los momentos de la vida, la rectitud o la
inconveniencia de una conducta, es preciso que no
dependa del tiempo ni del lugar en que vive el hombre.”
Ab. Marcia Vásquez Morales
Existe una máxima que nos compromete: “Debemos
dejar las cosas mucho mejores de lo que las hemos recibido”
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