Nuestras
relaciones que se manifiestan en el ejercicio recíproco del intercambio que
diariamente efectuamos utilizando como punto de encuentro el centro neurálgico
de las redes virtuales en las cuales convergen todas nuestras manifestaciones
relacionadas con lo que nos sucede y conmueve en el ejercicio de nuestra propia
capacidad de expresión cual si fuésemos gotas de una misma lluvia que empapa y
da vida al vasto campo de cultivo donde se desarrolla el fruto que da forma y
sentido a la vital convivencia del “ser social” que todos
conformamos.
Es claro que a partir de lo que
expresamos y las consecuentes respuestas que recibimos se van conformando en un
complejo entramado en el cual se puede apreciar el alto grado de
coparticipación que bien puede considerarse como algo único e irrepetible propio
de la gran creatividad que emerge como consecuencia natural de la puesta en
escena de nuestra condición humana y multilateralidad de todo lo que
percibimos en nuestros órganos sensoriales.
Tal
complejidad de intercambio tiene como “consecuencia natural” la emergencia (de
emerger) de nuevas sensaciones las cuales deberemos considerar como una “nueva
forma de percepción” del otro o los otros.
Desde el
cerebro las sensaciones nos transmiten multitud de características de todo tipo
de los objetos, y nuestra respuesta perceptiva se corresponde con la selección
de la información más apropiada que cada uno almacenamos en nuestro cerebro y
de acuerdo con los datos sensoriales del momento de su producción.
La
percepción de una imagen está, pues, directamente relacionada con la manera en
la que cada individuo puede captar la realidad, y, al mismo tiempo, está
también vinculada a su bagaje personal y cultural.
Podemos
tratar de definir la percepción como, el proceso por el que elaboramos
e interpretamos la información recibida a través de los sentidos formando
objetos, situaciones, etc., en suma, unidades que poseen un sentido para
nosotros.
Los
psicólogos señalan que la mente configura, mediante ciertas leyes, los
elementos que le llegan a través de los canales sensoriales (percepción) o de
la memoria (pensamiento, inteligencia y resolución de problemas) y han
planteado las leyes por las cuales los estímulos se estructuran para formar las
sensaciones y percepciones.
Este
fenómeno propio de la irrupción, un tanto vertiginosa, de los nuevos medios de
intercomunicación virtual entre todos y cada uno, nos coloca en esta situación
en la cual debemos hacer uso de todos los medios disponibles para poder
“percibir a priori” los motivos e intenciones de todos aquellos que de una
forma u otra acceden a “nuestro radio de acción”
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