viernes, 14 de junio de 2019

Comportamiento Social


 Cuando aplicamos sólidos criterios de comportamiento tanto en lo que concierne a nuestra conducta personal como al que apliquemos en nuestras relaciones sociales no solamente nos hace más confiables y previsibles sino que además, nos representa como “actores conductores” individuos capaces de alcanzar los objetivos propuestos con la voluntad y confianza propias de quienes aspiran a alcanzar sus metas superando con su esfuerzo constante todos los desafíos que puedan eventualmente encontrarse por delante.

“La noción de disciplina, por lo tanto, puede estar vinculada al comportamiento o a la actitud de alguien. Se dice que la disciplina es buena cuando la persona respeta las reglas, las leyes o las normativas dentro de algún ámbito: “Insultar a una maestra es una falta grave de disciplina”“Todos los jugadores tienen que respetar la disciplina impuesta por el entrenador”.
Y eso sin olvidar lo que se conoce como disciplina personal o autodisciplina que es aquella que se compone de una serie de pautas y de comportamientos que alguien lleva a cabo, de manera constante y férrea, en beneficio de una estabilidad y de la consecución de los objetivos que se ha marcado.
Es por ello que cuando se habla de autodisciplina en muchas ocasiones se identifica con éxito personal pues se establece que es la forma de lograr los sueños que tenemos. En este sentido, un perfecto ejemplo es el conjunto de atletas que tienen como meta ganar sus competiciones y las pruebas a las que tienen que enfrentarse. Así, para lograr la victoria en las mismas se hace necesario que tengan una disciplina de entrenamiento y de alimentación que les capacite física y mentalmente.
De esta manera, se establece que este tipo de disciplina propia se sustenta en una serie de principios o de reglas básicas como son la fuerza de voluntad, la persistencia, el trabajo duro, la aceptación y la laboriosidad. Elementos todos ellos que se convierten en la clave para establecer nuestra disciplina y, por tanto, para alcanzar los fines que nos hayamos marcado.

La disciplina, por otra parte, puede ser un campo profesional o de estudio. La antropología, la escultura, la kinesiología y el fútbol son cuestiones muy diferentes que, sin embargo, pueden considerarse como disciplinas según el contexto. Así es posible encontrarse con expresiones como “John Koggrer es un experto en antropología, sociología y otras disciplinas de las ciencias sociales” o “La escultura es mi disciplina artística favorita”.


La disciplina es una opción de vida que nos permite un trazado firme y concreto como asimismo establecer las prioridades, sabiendo escoger, separando aquello que le resulte vital de todo lo trivial que pudiese conspirar en contra de todo aquello que se ha propuesto alcanzar.

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