La noria de nuestra vida
transcurre en un constante dar vueltas entre aquello que una vez fuimos y lo
que anhelamos ser algún día en el futuro, sin darnos cuenta de que lo único que
disponemos para avanzar es todo lo que podamos realizar “en el aquí y en el
ahora”,
la vida se desarrolla en el
presente y como bien lo dice un conocido refrán: “no dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy”
Debemos evadirnos de la rutina que es la madre que
engendra la mediocridad, quitar la venda que nos impide observar nuestro
presente y resistir todo intento de sumirnos en la añoranza de un tiempo que ya
pasó y que ya no nos pertenece.
Hoy es tu oportunidad de crear tiempos mejores,
alégrate y mete tu hoz con fuerza, elimina todo aquello que pueda ahogar el
fruto de la esperanza, déjale crecer en el amparo de tu esfuerzo permanente y
verás cómo paso a paso se fortalecerá tu confianza.
De niño crecí escuchando este relato que sin duda
ha llegado hasta mí desde el fondo de la historia.
“A mi burro por vez primera, según cuenta nuestra
historia, pusiéronle, quiera o no quiera, a dar vueltas a una noria. Ambos ojos
le vendaron, para que no se mareara, y un par de palos le pegaron para trotar
sin que parara. El burro con ahínco, en un alarde de juicio, le preguntó a un hortelano que pasaba por allí:
-Amigo. ¿Cuántas leguas llevo andadas? Por lo menos cuarenta y cinco.
Y el hortelano
dijo:
-Buen amigo, ten por cierto que no has salido de
aquí.
Que hay gente que en su
ceguera se creen tanto y cuanto, y no han dado, siquiera, un paso del verdadero
adelanto.”
Autor desconocido
“y no sabéis lo que será mañana.
Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco
de tiempo, y después se desvanece.”
Santiago 4:14
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