Ya estamos transitando el invierno y tal como lo
hemos mencionado en otras publicaciones creemos que nada ni nadie debería
condicionar “nuestro clima interno” el cual solo depende de nuestro “yo
interno” y del grado de relación que cultivemos entre ambos.
Hay un dicho popular que nos dice: “al mal tiempo
buena cara” lo que nos pone en la disyuntiva de ser los arquitectos de nuestro
estado de ánimo o la de dejarnos llevar de la mano de las circunstancias
adversas, queda claro que “el estado de nuestra cara” es la clave que hace la
diferencia y nos predispone en cuánto a cuál va a ser nuestra actitud ante los
desafíos que tengamos por delante.
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