"Pero el camino verdadero
para conseguir la felicidad pasa por hacer felices a los demás. Intentad dejar
este mundo un poco mejor de como os lo encontrasteis y, cuando os llegue la
hora de morir, podréis morir felices sintiendo que de ningún modo habréis perdido
vuestro tiempo sino que habréis hecho todo lo posible. Así, estad "Siempre
Listos" para vivir felices y morir felices: aferraos siempre a vuestra
promesa Scout, aún cuando hayáis dejado de ser muchachos, y que Dios os ayude a
hacerlo así."
Robert Baden Powell
Este es un mes que siempre ha
tenido un significado muy especial para mí pues desde que tengo alguna noción
de que era una persona y que además tenía en mi vida un propósito bien definido
en cuánto todo lo que se esperaba de mí, supe que en el mes de abril vine a
este mundo y si bien no llegaba a comprender a cabalidad el significado de ser
considerado “un niño muy inteligente” pude intuir que aunque hubiese nacido “
en el medio de la nada” en un lugar ignoto e ignorado, viviendo las carencias y
restricciones de una tan terrible como lejana guerra que todos llamaban
“segunda guerra mundial” - año mil novecientos cuarenta y tres- supe, en lo
íntimo de mi ser, que todo lo que sucediese en un futuro, el cual presentía que
estaba ahí, aguardándome, iba a depender exclusivamente de todo lo que yo
hiciese o dejara de hacer.
Desde entonces, en cada encuentro
que la vida me ha deparado, tuve la clara sensación de que debía comportarme
acorde con las expectativas que se podrían esperar de un ser agradecido por la
sencilla razón de haber nacido, de estar vivo y el poder compartir una
relación, ese encuentro siempre ha sido la gran oportunidad de poder "dar
al otro" sin esperar recibir nada a cambio.
El resultado de esos encuentros
han sido como mojones que aún permanecen señalizando desde entonces un largo
camino aunados a los otros tantos que afortunadamente nos han enriquecido a
través de la experiencia.
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