“Eso es: cuando no nos resignamos, vienen las veleidades. Una mujer que
quiere ser hombre..., un viejo que quiere ser joven... ¡Nadie de nosotros
miente o finge...! No hay que decir que todos nos hemos hecho de buena fe un
buen concepto de nosotros mismos.”
― Luigi Pirandello
“Ser educado quiere decir ser, por dentro, negro como el cuervo, por fuera, blanco como una paloma; en el cuerpo, hiel; en los labios, miel.”
― Luigi Pirandello
“Los hechos son como los sacos; si están vacíos no pueden tenerse en pie”
― Luigi Pirandello
Esta mañana no he encontrado nada mejor que comenzar este artículo con algunas frases de Luigi Pirandello por considerarlas sumamente adecuadas para exponer “una idea” que me “martillea la mente” desde muy temprano, digamos, desde la hora en que me desperté y preparé “mi mate amargo” para comenzar “bien enchufado” el día.
El tema
de las vanidades, se dice que siempre que hablemos del comportamiento humano,
estaremos “flirteando con nuestro ego” es sintomático la comprobación de que
sentimos una muy alta estima, en algunos casos, es evidente que no en todos,
por nuestra apariencia y aunque sea recurriendo a lo que se suele llamar
“mirando de reojo” estamos muy atentos a no descuidar la “buena imagen que
pensamos que irradiamos”.
De nuestro folklore tradicional extraemos una frase
muy elocuente que nos habla al respecto:
"La vanidad es yuyo malo,
que envenena toda huerta.
Es preciso estar alerta,
manejando el azadón.
Pero no falta el varón,
que la riega hasta en su puerta."
(Atahualpa Yupanqui)
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