“Tiene que ver con las galeras y los
galeotes. Remes o no remes, te darán latigazos. Hagas o no hagas, palos te
darán: siempre habrá alguien que te critique por lo que hagas o dejes de
hacer..
Apreciaciones:
“Que nunca están de acuerdo... “
“Se oponen a que se haga una cosa
y si no se hace te critican por no hacerlo “
“O sea, hagas lo que hagas o dejes de hacer lo que dejes de hacer, siempre habrá alguien que te critique”
“Se oponen a que se haga una cosa
y si no se hace te critican por no hacerlo “
“O sea, hagas lo que hagas o dejes de hacer lo que dejes de hacer, siempre habrá alguien que te critique”
“Que nunca están de acuerdo...”
“Que no importa lo que hagas.
Siempre te criticaran, que es tirar palos remes, o no remes.”
“Que no importa lo que hagas.
Siempre te criticaran, que es tirar palos remes, o no remes.”
Anoche al contestar algunas consultas que se habían
acumulado en mi casilla de correo, encontré, como perdida entre los recibidos,
la consulta de un joven lector en la cual me manifestaba su desazón por
las injusticias que le deparaba el hecho de ser muy joven y encontrarse
inserto, por imperio de las circunstancias, conviviendo en medio de
personas mayores que él, aparentemente muy ocupadas en sus respectivas
actividades y totalmente ajenas a lo que pudiese estar aconteciendo con un
joven que apenas podían notar en medio de lo abrumadora de sus actividades.
Al leer el contenido de las expresiones de este
joven lector confieso que mi primer impulso fue el de solidarizarme con
lo que se exponía ante mis ojos, contener en la madurez de mi análisis esa
reacción natural que nos lleva a pensar en los múltiples casos de
violencia, que diariamente son denunciados, en los cuales se puede apreciar
como aquellos que manejan una mayor porción de un mal entendido poder, ejercen
un injusto dominio sobre quienes consideramos como más débiles.
Creo que esta vez se accionaron “los frenos de la
conciencia” para evitar una colisión que a nada conduce entre la
pasión que generan estos hechos enervantes y la necesaria mesura que debe primar
a los efectos de aportar un enfoque que nos permita retrotraernos a los valores
fundamentales que deben estar siempre vigentes y ser prevalentes en las
relaciones entre humanos falibles, aportar a una convivencia pacífica hacen del
hombre un “ser social” por excelencia.
Lo cierto es que situaciones como las descriptas
son el caldo de cultivo para quienes se refugian “en dejar pasar” los
acontecimientos, quienes hemos asumido alguna vez la responsabilidad
de tomar decisiones hemos recibido los consabidos “palos” tanto
cuando acertamos o cuando aquello que hemos hecho no satisface a los consabidos
“espectadores” de todo lo que hacemos o dejamos de hacer.
Como puedes apreciar, joven amigo, esta es mi
respuesta, nadie de los “hacedores” de algo está exento de los consecuentes
palos, a lo largo de la historia, todos los hombres y mujeres que nos han legado
su valioso aporte, no se han librado de ser receptores de la reacción de sus
contemporáneos, algunos, por no decir, todos ellos, han pagado el precio de su
propia vida por ser coherentes con su pensamiento y sobre todo por no claudicar
ante “las presiones” de quienes prefieren el uso de la crítica destructiva que
solo destruye y apenas puede ocultar lo grosero de su mediocridad.
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