Nuestra mente es la herramienta más poderosa con la que
contamos. El ser seres racionales es lo que nos distingue del resto de los
seres vivos del planeta. Al mismo tiempo, es lo que algunas veces nos
hace actuar de una manera en la que parece que nuestro propósito en la vida es
cumplir obligaciones, trabajar sin descanso, entrar, salir, subir, bajar, etc.
en automático sin darnos cuenta que nuestros días se pasan volando sin
disfrutarlos a plenitud.
Existe un término en el idioma ingles para describir una
práctica común en la mayoría de las personas, ese es “monkey mind” (mente de
mono) lo que significa que pasamos las horas y días con pensamientos que vienen
y van, como un mono saltando de rama en rama. Como ya lo has de haber
escuchado, se dice que nuestra mente puede ser nuestro mejor amigo o nuestro
peor enemigo.
Actualmente está muy de moda el mindfullness que no es otra
cosa que la atención consciente, lo cual nos permite tomar conciencia de las distintas
facetas de nuestra experiencia en el momento presente.
Te recomiendo los siguientes tips para aprovechar nuestra
inmensa capacidad de pensar y razonar sin desconectarnos de nuestra esencia:
Organiza tu día: antes de dormir o muy temprano en la mañana,
haz una lista de las tareas y acciones que quieras realizar, de manera
organizada.
Vuelve a casa: entra en el lugar más sagrado y valioso que
tenemos, tu ser interior. Ora o medita por unos minutos al comenzar tu día,
para que empieces tus actividades más enfocado y con propósito.
Siente tus sentidos: aunque se escuche redundante, cuando te
des cuenta que estás pensando en la tarea siguiente antes de terminar lo que
estás realizando, haz una pausa y date 5 minutos para observar, escuchar,
sentir, probar y oler algo con todos tus sentidos.
Conecta los puntos: Justo como los juegos que puedes
encontrar en los libros para niños, un punto te llevara al siguiente y al final
tendrás la figura completa; enfócate en lo que estás haciendo en el momento
solamente antes de dar el siguiente paso.
Fluye: Deja que tu día vaya avanzando conforme a lo
planeado, pero teniendo en cuenta que hay que ser flexibles si las cosas no se
dan en el orden o tiempo que quisieras.
La invitación que te hago es
no a dejar de pensar, por supuesto que no, sino a estés presente en lo que
estás haciendo, que te centres en lo que realizas en determinado momento sin
dejar que tus pensamientos anden de rama en rama cual mono en la selva.
De la misma manera, no solo en la realización de tus
actividades diarias, también a la hora de alimentarte, hazlo de manera
consciente, masticando despacio, saboreando cada bocado, disfrutando el
momento; al igual que a la hora de hacer ejercicio, pon tus músculos, tu
pensamiento y tu corazón en ese momento que te estas regalando.
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