lunes, 1 de enero de 2018

In Memoriam: Garcilaso Inca De La Vega


Hace un siglo, el 23 de abril de 1616, falleció en la ciudad de Córdoba el que quiso llamarse a sí mismo Garcilaso Inca de la Vega. Nacido en el Cuzco de madre princesa inca y padre español, vivió siempre la angustia de la dualidad. Mestizo y español, de cultura inca y castellana. En noviembre de 2015, la ciudad de Montilla, donde residió muchos años, dedicó unas jornadas a su memoria. Sus Comentarios Reales son un intento de reconciliar en sí mismo su dualidad. El fenómeno de la dualidad persiste aún en las tradiciones religiosas del siglo XXI que intentan armonizar en el seno de las culturas y de los individuos el pluralismo social de las sociedades modernas. 
Si durante el siglo XX uno de los problemas fue la integración de lo natural y de lo sobrenatural en el interior de las teologías, el problema en el siglo XXI parece apuntar en otra dirección. 

El fenómeno de los refugiados de países lejanos en occidente unido al hecho de la inmigración masiva, va configurando sociedades complejas cultural y religiosamente.  

En una sociedad multicultural como la nuestra, uno de los fenómenos que están presentes en las tradiciones culturales y religiosas se ha denominado como “dualismo”. 

Aunque ese concepto alude a la existencia simultánea de dos tendencias culturales, políticas, sociales, religiosas, psicológicas aparentemente contrapuestas e irreconciliables que afectan a la vida individual o colectiva, aquí nos vamos a referir a él en un sentido restringido. 

Garcilaso Inca de la Vega: contexto histórico  
  
Dentro de las tendencias de las religiones, entendemos aquí como dualidad el intento de integración de dos tradiciones religiosas en la vida de un ser humano. En este caso, nos vamos a referir a los intentos de superación psicológica de la dualidad cultural, afectiva y religiosa de un hombre del siglo XVI y XVII, Garcilaso Inca de la Vega(1539-1616) que vivió desde su infancia la angustia de no poder integrar suficientemente dos culturas vivas en el interior de su corazón. Mestizo y español, de cultura inca y castellana intentó durante toda su vida asimilar la fractura interior. 

Gómez Suárez de Figueroa, apodado Inca Garcilaso de la Vega (nacido en el Cuzco, entonces Gobernación de Nueva Castilla, el 12 de abril de 1539 y fallecido en España, en la ciudad de Córdoba el 23 de abril de 1616), ha pasado a la historia como un escritor e historiador peruano de ascendencia española e inca. 

Los historiadores lo suelen considerar como el "primer mestizo biológico y espiritual de América". En otras palabras, es el primer mestizo racial y cultural de América que intentó asumir y conciliar sus dos herencias culturales: la indígena americana y la castellana, alcanzando al mismo tiempo gran renombre intelectual. 

El escritor peruano Luis Alberto Sánchez lo describe como el «primer mestizo de personalidad y ascendencia universales que parió América». Se le conoce también como el «príncipe de los escritores del Nuevo Mundo», pues su obra literaria, que se ubica en el período del Renacimiento, se destaca por un gran dominio y manejo de la lengua castellana, tal como lo han reconocido críticos como Menéndez y Pelayo, Ricardo Rojas, Raúl Porras Barrenechea y José de la Riva Agüero y Osma. 

 Mario Vargas Llosa le reconoce también dotes de consumado narrador, destacando su prosa bella y elegante. Temporalmente se le ubica en la época de los cronistas post toledanos (es decir, de la etapa posterior al gobierno del virrey Francisco de Toledo), durante el período colonial (fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII). 

Desde el punto de vista estrictamente historiográfico, su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos hasta fines del siglo XIX, cuando surgieron críticos que empezaron a cuestionar la veracidad de sus informaciones. Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España, por lo que el Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre del famoso poeta renacentista. 

En su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas , publicada en Lisboa, en 1609, el Inca Garcilaso de la Vega expuso la historia, cultura y costumbres de los Incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Túpac Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas sus colonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España. 

Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa, 1605), que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú(Córdoba, 1617), publicada póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio del Virreinato. Con ocasión del centenario de su fallecimiento en 1616, han sido numerosas las referencias a su figura durante estos meses. 
            
Un estudio clásico sobre la dualidad de Garcilaso Inca de la Vega se debe al hispanista  Marc L. Nash. Su estudio sobre la dualidad de Garcilaso Inca de la Vega y cómo esta dualidad se refleja en su obra inmortal de 1609, Los Comentarios Reales es un clásico para el conocimiento de la dualidad cultural. Nash ha investigado el reflejo de esta dualidad recorriendo históricamente al Inca Garcilaso, empezando con su nacimiento en 1539 en el Cuzco, y terminando con su muerte en Córdoba en 1616. 

La doble condición conflictiva del Inca empieza desde antes de su nacimiento, ya que su madre era una princesa Inca, hija de Huallpa Túpac, y su padre, un conquistador español, quien estaba aliado con Gonzalo Pizarro, el que se rebela contra el monarca y se nombra Procurador General del Perú. El resultado es una guerra civil en el Perú de dos bandos, los pizarristas contra los almagristas. 
  
El Inca Garcilaso en España 
  
Al morir su padre en 1559  el Inca Garcilaso viaja a España y trata de obtener la herencia paterna ante el rey y el Consejo de Indias, pero se le negó porque su padre había sido partidario de Pizarro. El Inca Garcilaso intenta volver al Perú pero no le es posible porque el virrey Toledo ejecutó al último Inca, Túpac Amaru. Luego, Toledo siguió una dura política de represión contra todos los miembros de la realeza incaica, inclusivo los mestizos hijos de los conquistadores de linaje como Garcilaso, a quienes deportó fuera del reino para siempre. 

Garcilaso, al verse sin patria, se establece en Montilla y luego en la ciudad de Córdoba hasta su muerte. En 1563, rechaza su nombre original, Gómez Suárez de Figueroa, y toma el apellido familiar, Garcilaso de la Vega,  ya su padre era pariente del poeta, e inicia una nueva vida. 

Poco después, se alistó como soldado, y en 1568, ya como capitán, lucha contra la rebelión morisca de las Alpujarras. Al enterarse de la muerte de su madre, en 1571, el Inca deja las armas, y decide dedicarse a una labor humanística. Inicia así su nueva vocación y destino al tomar el prototipo del caballero renacentista, hombre de armas y letras. 

El Inca Garcilaso se convierte en el primer gran escritor mestizo sudamericano, el polémico filósofo historiador del Perú. En 1600, ya a los 60 años de edad, se hace sacerdote, y nueve años después, escribirá la primera parte de Comentarios Reales de los Incas obra que lo inmortalizará, y la segunda parte, Historia General del Perú. La termina en 1613, tres años antes de su muerte sin verla publicada en 1617.



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