Al hombre no lo
define lo que le toca, sino lo que hace con lo que le toca.
No elegimos lo que
nos pasa, pero siempre podemos elegir la actitud con la que vamos a enfrentar
lo que nos pasa., y es ahí donde verdaderamente está nuestro poder.
Es decir, en la
vida no hay personas clave, no hay problemas clave, no hay experiencias clave,
no hay amores clave, hay actitudes clave.
Así es como me
preparo yo para lo inesperado, para el futuro inesperado, tratando de tener una
mejor actitud. y ¡ojo!: La mejor actitud no siempre es positiva y bonita. A
veces la mejor actitud es pelear o soltar... O renunciar, o separarte, o pensar
negativamente.
La mejor actitud no
se define siempre por lo "más
bonito". La mejor actitud se define siempre
sopesando las circunstancias que nos rodean en el momento en el que estamos
sufriendo lo que nos está pasando, la mejor actitud está en estar preparado
para todo. Todo puede pasar.
Acepto y siento lo
que sea que me provoque lo que estoy viviendo, Si tengo que llorar, lloro. Si
tengo que reír, río, si me tengo que asustar me asusto, si no sé que
hacer, no sé qué hacer, y me aterro, y acepto la emoción que sea, la acepto.
Todo en su justa medida, incluso a veces me deprimo, si es necesario
deprimirme,
La gente te
dice: "No
te deprimas", como un iluso no me voy a deprimir
si me duele mucho...
No te dejes
amargar, la vida, a pesar de las chingaderas, es maravillosa, y si aprendes a
verla como es, y no como tú a huevo quieres que sea, vas a aprender a
disfrutarla, vas a disfrutar los problemas de la vida y a disfrutar la vida
como es.
Es decir, la vida
es difícil, pero es más difícil si eres timorato. Resumiendo, nada es del todo
inesperado.
La desilusión es el
precio que pagas por ilusionarte. Nada es del todo inesperado, nada más cuida
que la desilusión no te haga perder la esperanza, que la decepción jamás te
desaliente, y que la traición no te haga nunca jamás renunciar a la valiosa
virtud de volver a confiar.
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