Las fortalezas del carácter son un conjunto de rasgos
positivos presentes en el ser humano que ayudan a que las personas tengan vidas
satisfactorias. Su estudio forma parte de la psicología
positiva, cuyo objetivo principal el promover el potencial
humano centrándose en el estudio de aquellas experiencias que aportan a las
personas una sensación subjetiva de bienestar, así como el estudio de los
rasgos positivos individuales y el estudio de las instituciones que permiten
que tengan lugar las experiencias y los rasgos positivos.
El libro Character Strengths and Virtues: A Handbook and
Classification, de Martin Seligman y Christopher Peterson, es un extenso manual
que describe dichas fortalezas. Para desarrollar esta clasificación, un grupo
de psicológicos estudió durante tres años diversos textos de diferentes
culturas sobre filosofía, religión y psicología y encontraron seis virtudes
principales que se repetían de manera consistente en dichos textos.
Cada una de
esas virtudes está a su vez formada por diversas fortalezas, sumando un total
de 24. "Las fortalezas son los ingredientes psicológicos que definen las
virtudes".
Son las fortalezas que implican cuidar de los demás y ser
amistoso.
Amor. Valorar las relaciones cercanas con otros, sentir
cercanía con otras personas.
Amabilidad. Ser
generoso, compasivo, altruista, agradable con los demás, cuidar de ellos,
ayudarles, etc.
Inteligencia
social. Capacidad
para darse cuenta de los motivos y sentimientos de los demás y de uno mismo,
saber qué hacer para encajar en diferentes situaciones y qué cosas son
importantes para los demás;
empatía.
Son las fortalezas que ayudan a llevar una vida en comunidad
saludable.
Trabajo en equipo. Responsabilidad social,
trabajar como miembro de un equipo, hacer la parte que te corresponda y ser
leal al grupo.
Sentido de la justicia. Tratar a los demás de
manera justa, sin dejar que los sentimientos personales nos hagan ser
imparciales, dar a todos una oportunidad justa.
Liderazgo. Animar
al propio grupo a hacer las cosas, manteniendo buenas relaciones entre sus
miembros, organizar actividades de grupo que se lleven a cabo.
Son las fortalezas que nos protegen contra los excesos.
Perdón. Ser capaces de perdonar, aceptar los defectos
de los demás, no ser vengativo.
Humildad. No considerarse por encima de los demás,
dejar que nuestros actos hablen por sí mismos.
Prudencia. Tomar decisiones con cuidado, sin asumir
riesgos indebidos, no decir o hacer cosas de las que luego te vayas a
arrepentir.
Auto-regulación o autocontrol. Ser capaces de regular
lo que haces o sientes, ser disciplinado, controlar las emociones e impulsos.
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