viernes, 12 de junio de 2020

Conscientes

El hombre está alcanzando literalmente las estrellas, y los fantásticos logros de la medicina y la ingeniería están a la vista.
  
Sin embargo, el hombre parece haberse topado hoy con este terrible veneno: el odio, la envidia, el temor, la falta de paz interior, el conflicto constante entre las fuerzas hostiles que parecen dominar al mundo actual.

Creo que la clave reside en el futuro de la conciencia humana. Este gran regalo de los Dioses, el don de la conciencia, ha crecido durante millones de años desde los organismos unicelulares hasta llegar actualmente al estado humano. 

¿Hacia dónde seguimos? ¿Existe algún motivo para suponer que la evolución de la conciencia llega a su fin con nuestro actual estado humano?  ¿O nos hallamos acaso equilibrados en el umbral de un salto a un nuevo nivel de conciencia?  ¿Por qué motivo debiera la evolución terminar con nosotros? 

Algo que se halla inserto dentro de todo el proceso evolutivo parece estar empujando a la conciencia a un nuevo salto, que es lo único que puede asegurar la supervivencia humana.
  
Es importante recordar la gran diferencia que existe entre este salto de conciencia y los que ocurrieron con anterioridad.  Los animales no participaron activamente en su evolución hacia los seres humanos; fue una evolución a ciegas.  Pero hoy tenemos, por primera vez, una especie capaz de cooperar con la fuerza evolutiva, y eso puede contribuir a producir esa mayor conciencia.  

No somos sólo instrumentos ciegos.  

Somos individuos conscientes de nosotros mismos, y es allí donde hallamos la clave de la importancia del esfuerzo espiritual.


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