La película 300, sobre la batalla de las Termópilas, produjo hondo malestar en el mundo musulmán, pues presenta a los invasores persas de forma anacrónica, con fisonomías, características y adornos propios del mundo árabe actual.
Aunque sea cierto que Oriente era un complejo de culturas, la civilización persa que dominaba Jerjes, lejos estaba de parecerse a la iconografía con la que se la ha representado dos milenios y medio más tarde.
El cine ha mostrado en infinidad de ocasiones el intercambio cultural
como violento, desprestigiando al adversario, a pesar de que el conflicto
cultural, en la historia de la humanidad, no siempre ha sido solucionado,
dirimido o finalizado mediante sangre u opresión, pues es una interacción
constante, fluida y viva, que circula desde los albores de la humanidad y que
ha dado lugar a la gran riqueza de las civilizaciones. La idea de la solución
armada de los conflictos, ha resucitado bajo el signo de la política
imperialista de los Estados Unidos y de quienes la apoyan.
Quienes abogan por el choque de las civilizaciones están patrocinando
una lucha de necios, que a corto plazo puede subvertir las ansias de
regeneración de la convivencia en el planeta. El cine, no siempre puede
presentar los encuentros entre culturas en sus aspectos totales. Lo hace
constantemente de forma muy concreta, mostrando también mínimos contactos,
respetando creencias e ideologías, manifestando los valores comunes que unen a
los pueblos, presentando las relaciones afables entre gentes de diferentes
grupos humanos.
Para que las relaciones interculturales empiecen a tener distinto
perfil, es necesario luchar contra prejuicios y estereotipos, y el cine es un
medio eficaz que contribuye a ello, pues una película va más allá de su propia
historia y del lenguaje cinematográfico y técnicas con la que está
realizada. Hacer énfasis en las diferencias no es el camino adecuado.
Una iniciativa de varios colectivos europeos, entre ellos el Grupo
Comunicar, fue la de plasmar en relatos y en comics, para de ser llevados a una
reflexión en las aulas, los puntos comunes que existen entre las diferentes
culturas y creencias.
El proyecto, denominado Valores Comunes tuvo
como principal objetivo promover la cultura de la paz a través del encuentro y
el diálogo entre diversas religiones y culturas que actualmente viven en
Europa, utilizando el cómic como medio de comunicación. El aumento de un
pensamiento religioso agresivo e intolerante, está en la base de muchos de los
problemas que impiden la solución de conflictos, pero es posible demostrar que
las distintas religiones y visiones laicas comparten valores éticos que hacen
posible un diálogo intercultural marcado por el respeto mutuo, la no violencia,
la igualdad, el perdón o la concordia.
El proyecto ha planteado acciones específicas a realizar en el
territorio europeo para destacar el valor de los puntos de encuentro e
intercambio entre los distintos sistemas de pensamiento.
El guión de cada uno de los cinco comics fue elaborado a partir del
relato de cinco autores europeos y africanos, y dibujado y coloreado por
artistas africanos.
La guía didáctica que acompaña a los materiales de trabajo, muy
completa, aporta multitud de sugerencias, comentarios, citas y textos que
ayudan a la reflexión.
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