Todos los días adquirimos conocimientos nuevos. No me
refiero a los avances tecnológicos, sino a la capacidad que tenemos de aprender
de las experiencias, situaciones, errores, fracasos y hasta de los
triunfos.
El mundo en el que vivimos es un gran salón de clases; y
aunque a muchos no les haya gustado ir a la escuela, el colegio de la vida
siempre estará ahí.
Un título universitario es sólo un papel y de nada sirve que
tengas toda la teoría si no tienes la práctica, por lo mismo algunas personas
tienen desde muy jóvenes la convicción de trabajar para adquirir experiencia,
desde el inicio o antes de la universidad.
El campo de la vida siempre nos dará experiencias y eso es
lo que nos convertirá en expertos en el área que nos apasiona. Aprender es
parte de crecer y madurar; así como de niños aprendimos el abecedario, cuando
nos convertimos en adultos empezamos a vivir cosas diferentes y más complejas.
Para muchos es difícil aprender algo de una mala experiencia, tal vez porque
creen que sólo de las cosas buenas se saca una buena lección, pero no siempre
es así.
Actualmente con tanta información terminamos saturados, sin
embargo siempre es bueno volver a lo básico retomando lo valores y la sencillez
de la vida. Nadie nace con un manual de instrucciones y sabiendo todo, aquí
estamos para aprender y compartir y no tiene nada de malo decir que no sabemos
algo. Lo importante es investigar y no quedarnos sin saber las
respuestas.
Cuando se acercan a pedirme algún consejo y a preguntarme
cómo he aprendido lo que sé acerca de las Relaciones Públicas, siempre les
respondo que mis grandes maestros en esta vida han sido mi padre, mi familia,
mi pareja, mis amigos, los libros, las experiencias, los tropiezos, los
desafíos, las adversidades y la vida misma, seguido de la pregunta: ¿Y para ti,
cuáles son o han sido tus grandes maestros?
Para cerrar quiero compartirles esta reflexión: Un marinero
no se convirtió en el mejor navegando en un mar tranquilo, al contrario, las
tormentas que venció durante la travesía lo llevaron a ser un gran lobo de mar.
Aprovecha y agradece todas las tormentas que se atreviesen en tu vida.
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