Son tiempos difíciles,
donde el sexo, la política y la religión se mezclan sin un sentido claro para
decir que la libertad de las personas está por encima de cualquier dogma, ley o
imposición, convirtiéndose los defensores de esta libertad en dogmáticos
doctores de la ley que acaban matando toda ilusión.
Vengo de tiempos
pasados en los que la educación y la “titulitis”, igual que ahora ,eran cosas
muy importantes y que imprimían carácter a aquel que era licenciado o doctor,
pero en mi pueblo, en una pequeña taberna, conocí, y no porque me relacionara
con ellos pues esto sucedió cuando yo tenía una tierna edad, a catedráticos,
médicos, ingenieros agrícolas, agricultores, trabajadores de varios oficios,
músicos, gente de derecha y de izquierdas, socialistas y comunistas, que
convivían y charlaban alrededor de una botella de buen vino clarete.
¿Qué ha pasado que después de tantos años hay tanto odio? No
se arregla el mundo con odio sino con ideas claras, haciendo autocrítica de
nuestros actos y crítica de los actos de los demás, porque en la crítica está
el separar la paja de la mies, la verdad de las medias verdades.
Las diferencias que puedo tener, y de hecho tengo, tanto con
los partidos tradicionales como los nuevos son innumerables, porque no son tan
nuevos como parecen por un lado e ideológicamente están indefinidos por otro,
pero todo lo nuevo necesita un tiempo para asentarse en el espacio que le
corresponde y solo el tiempo da esa mesura, que poco a poco hemos ido viendo en
una formación,
sobre todo en algunos de sus dirigentes, pero esas
percepciones son bastante viejas y no ayudan a avanzar hacia un futuro más
próspero y mejor.
Tener coraje no es ausencia de temor, sino más bien
considerar que aquello que deseamos alcanzar es mucho más importante que el
temor que sentimos.
De soltar los miedos y dejarlos ir para dar paso a todo aquello que anhelamos en la vida, y para ir en busca de aquello que amamos es necesario estar abierto a los cambios.
La vida es una eterna elección y los deseos más profundos que residen en nuestro corazón están allí para ser realizados.
Siempre se corre riesgos, pero es parte de esta historia,
nuestra historia, nuestra vida.
No podemos evitar las penas o el dolor, si podemos evitar quedar atados a una pena.
No podemos evitar las penas o el dolor, si podemos evitar quedar atados a una pena.
De eso se trata la vida, de vivir en plenitud cada sentir, de no ser meros espectadores, sino de ser protagonistas de aquellos que hemos elegido amar. y se corren riesgos, pero vale la pena haberlos corrido si al mirar atrás ves dos pares de huellas que hicieron camino al andar, y sentirás plenitud al saber que has amado y te han amado. y es que cuando amas, entonces anhelas, abrazas a la vida, también lloras, lloras ausencias, lloras caricias, lloran tus necesidades, necesidades de sentir.
Hugo W Arostegui
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