martes, 1 de agosto de 2017

Euler, una mente prodigiosa y prolífica


Leonhard Euler fue un matemático suizo al que supongo que todos ustedes conocerán, casi me atrevería a decir que quieran o no. Y es que su contribución a las matemáticas fue tan importante que su nombre es omnipresente, aunque ni aún así se le hace toda la justicia que debiera. Euler no fue sólo el matemático más importante del siglo XVIII sino que debemos colocarlo en la cumbre del mundo de las matemáticas de todos los tiempos.

No somos justos con él porque su capacidad de trabajo era asombrosa y dejó para la posteridad tal número de escritos, investigaciones y descubrimientos que se ha llegado al punto de dejar de darle el nombre o apellido de Euler a elementos de los que fue el padre o descubridor, precisamente por saturación.

Para hacernos una idea, se calcula que las obras completas de Euler podrían ocupar cerca de 70 volúmenes. Es cierto que tuvo una vida larga, ya que nació en 1707 y murió en 1783, pero aún así fue una mente productiva. Durante aproximadamente un siglo después de su muerte se siguieron publicando trabajos suyos que habían quedado inéditos durante su vida. Se le considera autor de 886 libros, artículos, manuales técnicos… lo que es todo un record. Y hay que considerar que se habla no sólo de escribir esa cantidad de textos, sino además de ser capaz de generar el contenido de los mismos, que no es cualquier cosa, es investigación matemática.

Según parece su capacidad de concentración y su memoria eran un prodigio. Sirva de ejemplo para esto segundo que era capaz de recitar la Eneida, la obra de Virgilio, palabra por palabra. Y para ejemplificar lo primero, la capacidad de concentración, quizás sea suficiente con decir que Euler se casó en dos ocasiones y tuvo trece hijos, que jugaban a su alrededor mientras él se ensimismaba en las matemáticas.



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