Hay quien espera una oportunidad para cambiar su vida, pero
puede que pase toda la vida esperando. Hay quien busca una oportunidad hasta
“en el fin del mundo”, pero puede que esta simplemente no “aparezca”. Esperar
por una oportunidad es dejar nuestro destino en manos de la suerte y buscar una
oportunidad es tener la esperanza de que, en algún lugar y de alguna forma,
tengamos lo que deseamos en bandeja de plata.
En contraste, CREAR oportunidades es convertirnos en autores
de nuestra propia historia. Un pasivo que espera, un esperanzado que busca
o un soñador que crea, ¿cuánto más esperar para decidir qué papel queremos jugar?
Seguramente todos hemos escuchado alguna vez “es que no se
me ha presentado la oportunidad” o “no he encontrado una oportunidad para…”.
Quizá el error sea pensar que las oportunidades son como manzanas en los
árboles para los que parecen tener vidas más “afortunadas” o un golpe de suerte
para aquellos que las buscan con persistencia.
Aunque no es mentira que a veces tocan a nuestra puerta o
simplemente “caen del cielo”, o entonces que las encontramos luego de mucho
buscar, también es cierto que la forma más activa y satisfactoria de tener una
oportunidad es siendo sus creadores.
Si hay algo que deseamos mucho, si tenemos una meta fijada
entre ceja y ceja… esperar o
buscar no es suficiente, debemos convertirnos en creadores de nuestras propias
oportunidades.
El camino al éxito y a la realización personal y profesional no
es para ser transitado como un pasajero pasivo, sino como un conductor
decidido.
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