miércoles, 2 de mayo de 2018

Dejar De Andar A Tientas


No siempre es fácil enfrentar los errores cometidos y buscar la manera de corregirlos, porque para poder hacerlo es necesario aceptarlos primero y eso a todos nos cuesta muchísimo.

Sin embargo, no hay nada peor en la vida que insistir en algo cuando a toda luz se puede ver que es inconveniente, absurdo, iluso, imposible o absolutamente errado.

Pero es mucho más grave aún querer convencerse y convencer a los demás de que todo está bien y marcha sobre ruedas, porque el poderoso ego que todos cargamos a cuestas, nos impide aceptar que nos equivocamos del medio a la mitad. 

Se diría que incluso nos lleva a perder la noción de lo que sucede, que una venda invisible cubre nuestros ojos, que escuchamos solo lo que suena conveniente y que la incapacidad de aceptar nuestros equívocos nos lleva a una especie de marasmo que nos inmoviliza física y moralmente.


¿Cómo corregirlo? Hay que asumir las equivocaciones, aceptar que no somos infalibles pero que sí estamos en capacidad de cambiar las cosas cuando así lo decidimos.

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