Si somos intrépidos, nos atrevemos a
enfrentarnos a los riesgos y los peligros más fácilmente. En la sociedad de
hoy, hay muy pocos peligros verdaderos para el ser humano, y dichos peligros
verdaderos deberían ser evitados a toda costa (como el peligro de muerte).
Sin embargo, hay otro tipo de “peligros” o “riesgos” que
podemos afrontar, y principalmente los encontramos en el ámbito laboral o
empresarial.
Gestionar el dinero es riesgoso, pero también lo es conducir
un automóvil. Las personas no actúan por temor al fracaso y porque se dejan
influenciar por la magnitud percibida de los riesgos involucrados.
Si tienes el valor de la intrepidez, actuarás a pesar de
dichos obstáculos, y lograrás el éxito más fácilmente en tu vida.
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