Filosofía
El Todo Y La Nada
El coloquio estuvo
integrado, acorde lo anticipado, por el Dr Ezequiel Achilli (dueño de casa y anfitrión), el Dr Gustavo Duek, el Lic Marcelo Ferrari y quién
escribe. La idea era filosofar, y tal como estaba previsto, "fue".
Todos teníamos muchas ganas de hablar, exponer la buena memoria que tenemos,
hacernos íconos de nosotros mismos, perpetuar nuestro "yo soy". Así
fue como, en tan amena velada, el tiempo "se pasó volando". Pero
aprendí mucho, sobre todo de cuestiones acerca del "ser", y esa era
la misión.
No debería
resultarnos extraño, que, el ser en cuanto ser político y social, dogmatice sus
saberes en torno a un conjunto de guías y métodos -sospechosamente necesarios
-, los cuales salen expelidos en formato de "propia opinión y
creencia", cada vez que se nos interroga sobre algo.
Las ideas en
cambio, reclaman autenticidad, originalidad, libertad, un independiente
vagabundeo que las aleje del corpus urbanizado por la cultura. Naturalmente los
hombres, todos, suelen pergeñar al cabo de sus vidas, ideas propias y
novedosas, que son rápidamente ajusticiadas por la sociedad. Las nuevas ideas,
es decir las ideas de plano y de bulto, tienen una exigua expectativa de vida,
so exigen de un enorme sacrificio y férrea voluntad para que se perpetúen
públicamente.
En síntesis,
nuestro problema no es el poder concebir ideas, ya que, eso representa nuestra
naturaleza, sino el de que, podamos hacerlas sobrevivir cuando se las intenta
dar a conocer.
Filosofar nos exige
de correspondencia, reciprocidad para con lo que no sabemos. Filosofar es entrar
en los territorios de la "nada", trasvasar los límites del mero
empirismo y dogmacentrismo. Matar al hombre, y darle espacio al ser, profanar
la muerte. La curiosidad es una enfermedad que, solo se cura con la eternidad y
trascendencia en el aplazamiento
Ese alejamiento,
baja mis defensas, me expone, me convierte en sórdido Tamerlán de la
vulnerabilidad cognitiva. Es el momento de mayor fertilidad para las ideas.
Pero esa distancia, aunque ínfima, nos atemoriza, nos devuelve inmediatamente a
la dimensión que conozco, ese líquido donde puedo volver a respirar la
vitalista superstición que emergió de mi propia creación.
Nuestro verdadero
"existencialismo" se torna así, en un callejón sin salida
aparente.
La enorme mayoría
de nosotros, ante la encerrona, echamos mano a los grandes filósofos del
pasado. Todo lo pasado es "mejor". No hay pases libres a nuestra
gnosis; nuestra cultura no es algo gratuito donde cualquiera pueda
ingresar.
Nuestro compendio enciclopédico es nítidamente aristocrático, el abolengo y los
títulos nobiliarios son la única credencial permitida. La casa se reserva el
derecho de admisión. Los iracundos mortales pedestres, estamos inhibidos de
participar. Somos demasiados próximos como para ser escuchados, tomados en
serio. Necesito terapia, urgente. Mi yo no convence a mi otredad, no resulta
confiable. Y esa disputa inmanente e interior, requiere de un lazarillo por
fuera de mí.
Entonces, si lo que
buscan es el conocimiento "envasado", en internet pueden deleitarse
con las segundas marcas y blísteres genéricos. El dogmatismo tiene buenas
murallas. De hecho, nunca más a salvo los intelectuales de wikipedia, para
ellos su merced.
Según el vetusto,
simplón y agonizante diccionario filosófico de Ferrater Mora: "La idea de la nada fue el desvelo de muchos
pensadores, quizá desde el principio mismo de la filosofía. Y tal vez sea
además, la pregunta por la cual muchos nos hemos interesado por vez primera en
asuntos de índole filosófica. Varias ideas rondan el concepto de la nada."
"Entre los
griegos -como común denominador -, puede observarse que, parecen haberse
centrado en el problema del ser. En algunos casos, tomaron la nada como la
negación del ser: lo que hay es el ser y solo cuando se lo niega, aparece la
nada."
"Pensadores
como Parménides,
sostuvieron que sólo el ser es, y el no ser, no es. En diferente línea, se ha
sostenido que de la nada no deviene nada, de manera tal que, afirmar tal cosa
sería destruir la noción de causalidad y las cosas surgir por azar."
"Platón procuró comprender cuál
podría ser la función de una participación de la nada en la concepción de los
entes que son."
Artistóteles, sostuvo que
"tanto la negación como la privación se dan dentro de afirmaciones, porque
incluso del ‘no ser’ puede afirmarse que no es. Pero luego, la concepción
cristiana instaló la idea de Dios creando el mundo a partir de la nada, lo cual
transformó significativamente las bases de la especulación filosófica
ejerciendo posterior influencia en la filosofía moderna."
Mientras que Kant, establecerá diferentes
categorías de ‘nada’, será Hegel quien
afirmará que "el ser y la nada son igualmente indeterminados porque la
nada tiene la misma falta de determinación que el ser."
"Esta idea,
parte de vaciar al ser de toda referencia tras el objetivo de alcanzar la
pureza absoluta, así pues, purificado, el ser y la nada son lo mismo. La
absoluta inmediatez del ser lo coloca en el mismo plano que su negación y solo
en devenir podrá surgir un movimiento capaz de trascender la identificación de
la tesis y la antítesis."
"Bergson señala
que la metafísica siempre ha rechazado la duración y la existencia como fundamento
del ser por considerarlos contingentes. Bergson, para resolver esta cuestión,
argumenta que la idea de la nada es una pseudo-idea, porque en
realidad no se la puede ni imaginar ni pensar."
"Ya que, el
pensar únicamente suprime una parte del todo y no el todo mismo, es decir,
suplanta un ser por otro ser. La representación de un objeto como inexistente
incorpora la idea de exclusión. De ahí que, haya más o no menos la misma
substancia en al idea de un objeto concebido como inexistente que, en la del
objeto concebido como existente."
"Heidegger sugiere pensar el
problema de ‘la nada’ desde un paradigma diferente: él no se pregunta por qué
se afirma que hay una nada sino por qué no la hay."
"En realidad,
lo que pretende observar Heidegger es que, la negación de un ente no es sino
aquello mismo que hace posible la negación. Entonces, la nada es el ‘elemento’
sobre el cual se sostiene la existencia, y lo que lleva a descubrir el temple existencial
de la angustia. Para los filósofos de la escuela analítica, esta concepción
equivale a sostener una cierta redundancia, algo así como ‘la nada anonada’, lo
cual podría interpretarse como la "lluvia llueve", y por lo tanto, la
rechazan por considerarlas rebeldías inaceptables a las reglas sintácticas del
lenguaje."
Para redondear este
resumen de "enlatados", Sartre,
por su parte, "acepta y corrige a Heidegger, sosteniendo que, el ser por
el cual viene la nada al mundo debe ser su propia nada, porque
solo la libertad radical del hombre, permite enunciar significativamente tales
afirmaciones."
En síntesis,
"para los existencialistas sartreanos, la consigna está en la impotencia
lógica para resolver el problema de ‘la nada’, porque ésta solo
aparece cuando alguien la enuncia, lo cual, es solo posible tras haber
trascendido la nada."
Esta acá, el
imprescindible y siempre pertinente resumen de la filosofía occidental
estandarizada. No hace falta que lea mas. Con esto, ya puede lucirse ante sus
amigos e interlocutores, cuanto menos salir airoso y con la ropa seca. Los que
estudiaron filosofía, no son demasiado permeables a lo subyacente, a lo
periférico, al marginalismo académico de moda.
Porque de acá en
más, solo leerá mis pensamientos, quienes carecen de todo mecenazgo, excelsitud
y cartel. Dese por advertido.
Supongamos que en
estos momentos les preguntara ¿Qué les quedó de lo leído hasta ahora?, y alguno
quizás me respondería -- "No me quedó nada". Frecuente era en los
tiempos de estudiante escuchar ésta oración: "Estudié todo, pero no me
quedó nada". ¿Qué es lo que decimos acá?, ¿Es esa nada literalmente nada,
o posee otros significados?...
A su mejor amigo le interrogan ¿En qué quedó ese proyecto de poner tu propio restaurante?. Su amigo responde: -- No quedó en nada. Al concurrir a retirar los exámenes médicos de su madre, el galeno concluye: -- "Al final, no era nada".
Un día su novia los encara con gesto adusto y sentencia: -- "No siento nada por vos". O la otra espantosa oración de vuestra madre: -- "Ya no espero nada de ti". El elitista que suele refugiarse en la célebre "No tengo nada que ver con esa gente". Aquella famosa canción "Nada hará cambiar mi amor por ti".
¿Acaso alguien ha tenido problemas filosóficos para comprender cabalmente esas palabras, la noción semántica inequívoca de esa "nada"?.
A su mejor amigo le interrogan ¿En qué quedó ese proyecto de poner tu propio restaurante?. Su amigo responde: -- No quedó en nada. Al concurrir a retirar los exámenes médicos de su madre, el galeno concluye: -- "Al final, no era nada".
Un día su novia los encara con gesto adusto y sentencia: -- "No siento nada por vos". O la otra espantosa oración de vuestra madre: -- "Ya no espero nada de ti". El elitista que suele refugiarse en la célebre "No tengo nada que ver con esa gente". Aquella famosa canción "Nada hará cambiar mi amor por ti".
¿Acaso alguien ha tenido problemas filosóficos para comprender cabalmente esas palabras, la noción semántica inequívoca de esa "nada"?.
¿Ahora entienden
por qué la filosofía también se define como "un saber inútil"?
En matemáticas, la posición notarial del número cero no ofrece mayores desafíos, cero, significa "nada". Si afirmo, "tengo cero monedas", nadie se verá en la necesidad de hacer profundos análisis filosóficos. Es bastante claro el concepto.
Si digo "No sé nada de filosofía". Significa que, aún sin saber que per sé esa pregunta (originado en el tácito), es del tipo filosófica o no, la nada representa la ausencia de conocimiento. Pero esa nada no es una nada filosófica, ya que el conocimiento humano, la episteme, la ontología, la teleología, las ciencias en general, tienen una consensuada solución para proveernos.
Basta que alguien o ustedes mismos lo decidan, esa nada en forma de desconocimiento, se extermina con la enseñanza o aprendizaje, dependiendo del ángulo de observación. A partir del saber, esa nada de extingue, deja de ser lo que era.
En matemáticas, la posición notarial del número cero no ofrece mayores desafíos, cero, significa "nada". Si afirmo, "tengo cero monedas", nadie se verá en la necesidad de hacer profundos análisis filosóficos. Es bastante claro el concepto.
Si digo "No sé nada de filosofía". Significa que, aún sin saber que per sé esa pregunta (originado en el tácito), es del tipo filosófica o no, la nada representa la ausencia de conocimiento. Pero esa nada no es una nada filosófica, ya que el conocimiento humano, la episteme, la ontología, la teleología, las ciencias en general, tienen una consensuada solución para proveernos.
Basta que alguien o ustedes mismos lo decidan, esa nada en forma de desconocimiento, se extermina con la enseñanza o aprendizaje, dependiendo del ángulo de observación. A partir del saber, esa nada de extingue, deja de ser lo que era.
La curiosidad es el
verdugo predilecto de la nada.
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