Es cosa dividida el mundo. Entre quienes contestan el WhatsApp
al instante y quienes lo piensan un par de días.
Entre quienes navegan las aguas de Facebook y quienes
militan para ignorarlas.
Entre quienes cascan el huevo con una sola mano o quienes lo
destrozan sobre la sartén con las dos. Se divide, por si acaso, entre quienes
llevan la sartén por el mango y a quienes siempre les falta un mango.
Entre catadores conspicuos y catadores arremangados. Entre
quienes subrayan los libros y quienes los leen sin tocarlos. Entre quienes
devuelven el libro y quienes ni siquiera recuerdan que alguna vez lo pidieron
prestado. Entre quienes duermen con el celular bajo la almohada y quienes lo
dejan en el living, exiliado. Entre adoradores de “House of Cards” y adoradores
de Tato. Entre paleos y veganos. Entre mareados y buenos muchachos.
Entre engrietados y agrietados. Entre quienes preguntan y
escuchan y entre quienes preguntan y se contestan. Entre quienes aman demasiado
y quienes aguantan por adelantado. Entre quienes escriben una carta de amor en
tres carillas y quienes redactan un mensaje texto de una línea.
Entre quienes mandan palabras y quienes mandan carita. Entre
besadores de ojos abiertos y besadores de ojos cerrados.
Entre quienes miran a
los ojos o miran por largavistas. Entre quienes anidan en la duda o quienes la
pisan como surfistas. Entre Batman y Robin. Entre Mujeres Maravilla y
Gatúbelas.
Entre optimistas y justos pecadores. Entre pesimistas y
dulces malabaristas. Entre quienes piden sonrisas en el semáforo y quienes
levantan la ventanilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario