“Cuando los sumisos y obsecuentes más se someten al poder
para buscar supuestos beneficios, más el poder los humilla y los desprecia. El
poder desprecia la obsecuencia siempre y obtiene placer en humillar a los
sumisos.” (Shakespeare, 1611)
Del término latino obsequens que significa
condescendiente es de donde procede el actual concepto de obsecuente. Un
adjetivo este que es utilizado, ante todo, para definir a toda aquella persona
que se caracteriza por ser sumisa o complaciente con
respecto a otra.
De este modo también se puede decir que dicha palabra es
posible que sea usada para de manera despectiva definir, por ejemplo, a un
trabajador muy concreto: “este empleado es obsecuente hasta límites
insospechados con respecto a sus más directos superiores”.
Por el contrario, de otra forma, este concepto tiene su lado
más positivo ya que en otras ocasiones se emplea para intentar expresar que una
persona no sólo se caracteriza porque es disciplinada sino también muy
cumplidora con respecto a las funciones y
tareas que tiene a su cargo.
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