domingo, 4 de agosto de 2019

Cuando Nos Duele Igual



Cuando el dolor nos duele con la misma intensidad que le pueda doler al otro, nos referimos     a aquel al que las circunstancias, o la propia vulnerabilidad de la vida que transcurre sin tomarse una pausa, le muestra “en carne propia” toda la intensidad de “su sentir” cuando quisiéramos que todo lo que le duele no le doliera tanto, decimos entonces que podemos comprender todo lo que significa la compasión.

“Es un término que se presta a confusión. Cuando hablamos de lástima, nos referimos al lamento o quejido ante algo que no sucede como se esperaba, mientras que compasión es un sentimiento humano que se manifiesta a partir y comprendiendo el sufrimiento de otro ser.

Es posible que cuando se experimenta lástima se reconoce la pena y el sufrimiento de otra persona pero sin involucrarse en él, sin sentirlo como suyo. En cambio cuando se experimenta la compasión, el sufrimiento del otro se siente como suyo, va acompañado de empatía y se siente el sufrimiento como si lo estuviera viviendo en carne propia.

Compasión viene del latín cumpassio que literalmente significa “sufrir juntos” o “acompañar”. La compasión implica percibir y comprender el sufrimiento del otro, acompañado del deseo de reducir o eliminar tal sufrimiento. Ante esto, queda aclarado que la compasión no implica menosprecio hacia quien sufre.

La compasión, desde el punto de vista conductual, tiene varias facetas que incluye un componente emocional que se genera cuando percibimos el sufrimiento del otro y generamos un impulso hacia la atenuación de ese sufrimiento. 

De aquí se genera la decisión de realizar acciones destinadas a paliar ese sufrimiento. 

Desde la visión cognitiva lo primero que ocurre es la atención y evaluación del sufrimiento ajeno y la evaluación de nuestras capacidades para intervenir eficazmente en la atenuación o eliminación de ese sufrimiento.

La lástima es un sentimiento egoísta porque lleva implícito el “menos mal eso no me está sucediendo a mí” mientras que la compasión nos permite por un momento dejar de pensar en nosotros para pensar en aquel que vive un dolor, un temor o una desesperanza. Es una manera de acercarse al otro. 

Es a través de la compasión que una persona puede mostrar bondad, solidaridad y nobleza ante la necesidad de acompañar a otro.”

Pensamos que  nos puede ser de gran utilidad el hecho de comprender el origen de los sentimientos que nos embargan cuando nos referimos a la “levedad del ser y de la vida que compartimos” toda acción que nos impulse a “dar de nosotros mismos” aquello que no nos sobra, lo que nos resulta vital y necesario preservar, entonces sí, sabremos de compasión y de amor, que se manifiesta en nuestro interior profundo y se aplica en quienes brindamos nuestro desinteresado servicio.


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