Y si nadie te enfrenta, ¿no sería mejor mantenerlo así? Al corrupto le
convenimos como La corrupción y la ignorancia se han acompañado la una a la
otra desde hace mucho. Donde encuentras una, encuentras la
otra.
La corrupción es un fenómeno social, político y económico que perjudica
a las instituciones democráticas, desacelera el desarrollo económico y
contribuye para la inestabilidad política; es el abuso que se le da al poder.
La ignorancia es la falta de ciencia, de letras y de noticias.
“A los poderosos les resulta conveniente que haya ignorancia en el
pueblo: así es más fácil someterlo”
(Anónimo encontrado en la red)
Cuando un pueblo parece estar sumido en la ignorancia es más fácil para
la corrupción avanzar lenta y silenciosamente, apagar las voces de los pocos
que se dan cuenta de lo que pasa o que reclaman. Las personas o el pueblo
no las enfrenta por miedo o por lo tanto no la enfrentan, ignorantes que no
saben abrir sus ojos para ver su crimen.
Pero no solo es el no saber qué pasa, contribuye también la existencia
de la ignorancia política; bajo la opinión de muchos, la peor de todas. La
gente piensa que es mejor para ellos desentenderse por completo de la política
y esperar a que todo mejore, pero eso nos convierte en cómplices. Somos
espectadores de un asesinato a sangre fría y no pensamos testificar.
Siempre están ahí, donde hay corrupción hay ignorancia y
viceversa.
La corrupción está porque pocos son los que se enteran o se atreven a
ver su existencia. La ignorancia no nos permite darnos cuenta del daño hasta
que es tarde, y aun entonces nos mantiene con la visión borrosa al
respecto.
Todos lo días están y estarán, pero quien dice que no podemos sumarnos a
la lucha e ignorar sus tentaciones.
La corrupción y la ignorancia vienen juntas y lo más probable es que
jamás desaparezcan por completo ya que tienen un gran peso en la sociedad.
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