domingo, 1 de abril de 2018

El Paso Del Tiempo


Se dice frecuentemente que lo único real es el presente, pues el pasado ya no existe y el futuro está por venir. Hay una lógica en esta observación, pero es una lógica primitiva, pues los tiempos son totalmente interconectados e interdependientes.

 Es cierto que el presente es la única realidad práctica, pero también es verdad que es en este instante que se insertan el pasado y el futuro. En la dimensión temporal actual, el pasado recibe el nombre de memoria y el futuro tiene varios seudónimos como sueño, deseo, miedo y esperanza.

 El futuro no es algo que va a existir. El futuro existe ahora. A propósito, el futuro sólo existe en el presente, porque, cuando en futuro, el futuro será presente y dejará de ser futuro.

 Parece obvio, pero escapa a la percepción cotidiana de la mayoría de la gente. Y también escapa el hecho de que el futuro se volverá presente y, cuando ocurra, será mejor o peor, dependiendo de las medidas tomadas en el presente, en este exacto momento.

 En otras palabras, vivimos únicamente el presente, pero estamos fuertemente conectados al pasado que nos enseña y al futuro que nos motiva. Vivir es estar atado a esa tríade temporal, dulce o amarga, dependiendo de la conciencia de cada uno. Reatar con el tiempo es la verdadera sabiduría. 

Sin embargo, “la sabiduría no se trasmite, es necesario que la descubramos haciendo una caminada que nadie puede hacer en nuestro lugar y que nadie nos puede evitar, porque la sabiduría es una manera de ver las cosas”, también dice Proust.

De hecho, la sabiduría es una manera de ver las cosas, y exige intención, disposición y valor. 

El problema es que desarrollamos esas tres cualidades en diferentes épocas de nuestras vidas, por ello la madurez a veces tarda, pues depende del tiempo. Este mismo tiempo que exige madurez para ser bien elegido y controlado, en otras palabras, para ser muy bien vivido.


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