“El primer paso hacia la Conciencia es prestarle mucha atención a tu
cuerpo. Poco a poco, uno se va poniendo en estado de alerta ante
cada gesto y cada movimiento. Y a medida que te vas haciendo
consciente, empieza a ocurrir un milagro: dejas de hacer muchas
cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado,
tu cuerpo está más entonado, una profunda
paz empieza
a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.
Después, empiezas a hacerte
consciente de
tus pensamientos; hay que hacer lo mismo con los pensamientos. Son más sutiles
que el cuerpo y, por supuesto, también más peligrosos. Y cuando te hagas
consciente de tus pensamientos, te sorprenderá lo que ocurre en tu interior”….
El próximo paso es hacerte consciente de las emociones y de
los estados de ánimo. De la mente al corazón, sin juzgar,
solo observando. y la sorpresa será que la mayoría de los estados de emociones
y estados de ánimo te poseen…
Cuando eres consciente de las emociones y estados de ánimo
sin juzgarlos, solo observándolos, des identificándote de ellos, veras que a
partir de ahora nada te posee, nada te molesta, ya no eres un esclavo de tus
emociones y pensamientos.
Cuando te has
convertido en un observador en un perfecto
observador de tu cuerpo, mente y corazón, ya no puedes hacer nada más, entonces
debes esperar.
El próximo paso sucede por sí
solo como
una recompensa. Es un salto cuántico; del corazón al Ser (Conciencia), al
centro mismo de tu existencia. Tú no puedes hacerlo; sucede,
tienes que acordarte de esto.
Experimentamos la Conciencia como
un espacio dentro de nosotros, y luego, a medida que esta conciencia se va
expandiendo, comenzamos a experimentar-nos a nosotros mismos siendo eso.
Finalmente nos damos cuenta de que todo y todos somos
Conciencia, que no hay dualidad que todo es Uno. La mente crea la dualidad,
pero en el Ser todo es Unidad.
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