Albert Einstein dijo que, si juzgáramos a un pez por
su habilidad de escalar un árbol, viviría su vida entera creyendo ser estúpido.
Remo H. Largo lleva más de
cuarenta años estudiando el desarrollo humano y hoy más que nunca sigue
constatando el enorme desafío que implica llevar una vida en armonía con las
características particulares de cada persona desde el nacimiento hasta la
vejez.
Para el pediatra suizo, las
capacidades humanas se van configurando a lo largo del tiempo de manera
completamente diferente según las necesidades de cada individuo, determinando
en gran medida la manera en que se va a vivir y el sentido que cada persona
otorgará a su vida.
Pero en las sociedades
modernas dominadas por la economía y la optimización, predomina la insensata
idea de que todos somos iguales y podemos lograr los mismos objetivos,
frustrando el desarrollo individual a expensas de expectativas ajenas.
Así pues, partiendo de las
singularidades de cada individuo Remo H. Largo aboga en esta fascinante
investigación por asumir y comprender nuestra diversidad no solo como el
fundamento de la evolución misma, sino también como la propia base de nuestra
existencia.'
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